El Banco de Santander vende a un grupo suizo su sede central en Azca por 11.000 millones de pesetas

El Banco de, Santander ha vendido su sede central en Madrid, radicada en el complejo Azca. El comprador es un grupo de tres inversores suizos constituido por Michel Turin, propietarlo de una pequeña inmobiliaria del mismo nombre; el industrial relojero Pierre Alain Blum, dueño de la marca de relojes Ebel, y Daniel Klein, representante del grupo y negociador en España. La venta se cerró el pasado jueves 30 de octubre, después de una semana de intensas negociaciones. Esta es la operación inmobiliaria más importante realizada hasta el momento en Madrid.

La firma de los correspondientes contratos, el único extremo que queda por materializar, tendrá lugar el próximo viernes. El Banco de Santander percibirá una suma de 10.550 millones de pesetas, que son prácticamente 11.000 millones "incluyendo todos, los conceptos", entre ellos el mobiliario del edificio, uno de los asuntos que estaban sobre la mesa la semana pasada. Teniendo en cuenta que el edificio cuenta con 20.000 metros cuadrados de superficie útil sobre rasante, el precio pagado por el grupo suizo por la torre negra de Azca se acerca a las 510.000 pesetas metro cuadrado repercutido, todo un récord en el sector inmobiliario español, muy por encima de las 235.000 pesetas que recientemente se pagaron por las Torres de Jerez.Fuentes del sector consideran que Emilio Botín-Sanz de Sautuota y López, presidente del banco, que ha llevado personalmente las riendas de la negociación sin permitir intromisiones, ha logrado una plusvalía que roza los 8.000 millones de pesetas, a tenor del valor en libros del edificio.

El pasado martes, Daniel Klein se entrevistó con Emilio Botín en el palacete de Castellana, 29, delante de Bankinter. Klein traía de Neuchatel instruccnones concretas, resumidas en el viejo aforismo de ahora o nunca. El ultimátum le fue planteado al patriarca del Santander, en toda su crudeza. Botín cazó la pieza al vuelo, a pesar de que durante la semana pasada había alimentado astutamente la creencia de otras opciones al margen de los suizos; en concreto, la de un grupo español "que es superpotente".

Ese grupo ha resultado ser la Organización Nacional de Ciegos. Pero la ONCE hubiera necesitado el visto bueno del Ministerio de Trabajo, lo que hubiera alargado la operación contra los deseos de Botín senior de vender rapidamente.

El acuerdo incluye la condición de que el Banco de Santander se quedará como inquilino del edificio durante tres años, tiempo que el banco empleará en la preparación de su nueva sede madrileña, el palacete sito en el paseo de la Castellana, 24-26, adquirido hace meses a dos ramas de la familia Figueroa, entroncada con el conde de Romanones.

Una de las cuestiones más interesantes, que por el momento permanece en el secreto del sumario, es el precio que el Banco de Santander va a pagar por el alquiler de la hasta ahora su sede central. De acuerdo con las fuentes consultadas, el arrendamiento producirá una rentabilidad del 9% anual sobre la inversión efectuada, un porcentaje que es calificado como apetitoso por fuentes del sector inmobiliario.

Los compradores pagarán al Santander en un plazo de cuatro años, y el banco no financiará la operación. Los compradores cuentan con el respaldo de un importante banco helvético, que montará una operación de sindicación en la que se integrará un grupo de compañías de seguros y fondos de pensiones suizos. La personalidad más destacada del grupo comprador, es la de Pierre Blum, propietario de los relojes Ebel. Blum ha vivido un fin de semana apasionante, ya que los dos finalistas del torneo de tenis de París, Sergio Casal y Boris Becker, están patrocinados por Ebel, aparte de otros muchos tenistas, golfistas y deportistas.

El grupo de inversores suizos ve al fin cumplidos sus deseos de meter la cabeza en el mercado inmobiliario español. Los suizos, formando pareja con Juan Miguel Villar Mir, fueron finalistas en el concurso de adjudicación de la división inmobiliaria de Rumasa y las Torres de Jerez, perdiendo en la misma línea de meta frente al grupo británico Heron International. El grupo suizo optaba al 75% de las Torres de Jerez, pero aquélla fue una operación de azucarillo comparada con la de la torre de Azca.