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El Banco Español de Crédito repetirá este año el mismo dividendo que en 1984 y 1985

El Banco Español de Crédito (Banesto) presentará ante el Banco de España unas cuentas de resultados del ejercicio actual que le permitan volver a repetir el dividendo distribuido entre sus accionistas en los dos últimos ejercicios. Los problemas por los que ha atravesado la entidad -centrados obsesivamente por sus ejecutivos en el agujero de la filial, el Banco Garriga Nogués- justifican, en opinión de sus responsables, un fuerte esfuerzo de saneamiento en este año y el mantenimiento del dividendo de los dos años anteriores. Todo ello si en los meses que restan el ejercicio no se tuerce.

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El organigrama que no existía

En las próximas, semanas, el vicepresidente-consejero delegado del Banco Español de Crédito, José María López de Letona, puede realizar su primera comparecencia pública como máximo responsable ejecutivo de la entidad privada bancaria. En la última junta de accionistas, celebrada antes del verano, Letona estuvo presente, pero no articuló ni una sola palabra y el protagonismo fue del presidente, Pablo Garnica.En esta comparecencia concretaría las decisiones tomadas en los siete meses de su presencia en Banesto y, sobre todo, el alcance de las pérdidas en que ha incurrido el banco en una serie de operaciones, entre las que destaca el saneamiento del Banco Garriga Nogués, el afiamzamiento de la empresa constructora Agromán y el contencioso con los herederos de Ignacio Coca.

La decisión de López de Letona de integrar las filiales catalanas en un gran banco regional, y dejar una única oficina del Banco Garriga Nogués donde concentrar todos los activos fallidos de esta entidad, ha permitido cuantificar el volumen de pérdidas acumuladas por el Garriga en los últimos años y que, en cualquier caso, superaría en varias veces los recursos propios de la entidad, según unas fuentes del banco, y en practicamente la totalidad de recursos ajenos del Garriga de hace un año, según otras.

La gran obsesión

En la alta dirección de Banesto hay en la actualidad una gran obsesión: el Garriga Nogués. Se palpa. En comparación con ella, el resto de las dificultades son consideradas únicamente como "incidencias". En este último capítulo desfilan Agromán, caso Coca (la herencia del banquero suicidado), Banco de Madrid, Cadesbank, etcétera.En el caso del Garriga Nogués, Banesto destinó, el pasado ejercicio, un total de 17.000 millones de pesetas para absorber parte de las pérdidas ya conocidas; 11.000 millones de pesetas fueron a provisiones para insolvencias, y los 6.000 millones restantes, destinados a dejar en una peseta el valor de las acciones de la filial en la cartera de Banesto. A pesar de esta elevada cifra, Banesto tendrá que dedicar una cantidad aún mayor para dejar zanjado el problema.

La solución encontrada para la empresa de construcción Agromán -mediante la adquisición de inmuebles por parte del banco a cambio de una parte de los créditos concedidos y la transformación del resto en participación del capital- podría ser suficiente para zanjar las dificultades, si los citados inmuebles se realizasen en un proceso de tiempo relativamente corto y si la empresa comenzase a generar los recursos suficientes para mantener su actual estructura financiera y a remunerar al capital.

De otro modo significaría que se han cambiado pólizas de crédito (que no generaban intereses) por títulos que no ofrecen rentabilidad.

Paralelamente, en medios del banco se considera probable que en las próximas semanas quede definitivamente cerrado el contencioso que se mantiene con los herederos de Ignacio Coca para hacer frente a las obligaciones contraídas con Banesto por el financiero fallecido, en el momento, de la fusión del banco que llevaba su nombre.

En todo caso, este acuerdo representará el reconocimiento de unas pérdidas para Banesto que deberán contabilizarse. Los términos de este arreglo permanecen en un estricto pacto de silencio por ambas partes.

Junto a estas necesidades de provisiones para fallidos ciertos, el segundo banco del país deberá mantener una política activa para ponerse al día en la cobertura de riesgos propios. A pesar de un riesgo exterior ínfimo en comparación con otros bancos españoles, sus actividades internas han sufrido un deterioro que no se ha reflejado en las provisiones globales realizadas por el banco. La plantilla del Banesto, una de las más numerosas y de mayor media de edad de la banca española, tiene, como las del resto de las instituciones financieras, reconocido el derecho a que el banco les complemente hasta el 100% del salario las pensiones que paga la Seguridad Social. Banesto ha venido realizando, este complemento con cargo a la cuenta de resultados de cada año, sin constituir un fundo de pensiones.

Circular con provisiones

La circular del Banco de España exige que, a finales de 1987, haya provisiones suficientes para garantizar el cobro de estos complementos, aunque admite que el calendario puede ampliarse en situaciones concretas. Banesto que tiene previsto demandar un plazo mayor de tiempo, sino puede ajustarse al calendario elaborado por el Banco de España. Ello supone un esfuerzo adicional, mayor que el resto de los grandes bancos que ya tienen constituido este fondo en su totalidad o lo llevan muy avanzado.Todas estas exigencias de recursos para hacer frente a las provisiones necesarias impedirá que Banesto, a pesar de que presentará un fuerte crecimiento de sus resultados de explotación, pueda destinar una cantidad mayor de dinero que hace un año a retribuir a los accionistas de la entidad. La primera señal de que Banco Español de Crédito repetiría el mismo dividendo de 1985 y de 1984 surgió cuando se anunció que el dependiendo a cuenta para el presente ejercicio sería el mismo que hace un año.

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