Luis Solana, presidente de Telefónica, propone la supresión del grupo industrial de la compañía
El presidente de Telefónica, Luis Solana, solicitará hoy al consejo ole administración de la compañía autorización para llevar a cabo una reestructuración a fondo de su grupo industrial, integrado por una veintena de empresas, que en la práctica supone el paso previo ¡para la paulatina eliminación de la actividad industrial del monopollio telefónico español. Se pondría fin así a la orientación sobre la que había pivotado la compañía en la primera época del mandato Solana, para volcarse en una nueva estrategia, orientada directamente en el área del servicio y comercial.
Según los planes que se barajan en la dirección, del monopolio telefónico, la compañía quiere desprenderse de: la participación que tiene en estos momentos en las empresas industriales ,que comparte con otros socios extranjeros. Este es el caso de Cables y ComunIcaciones -en el que el 49%, pertenece a la firma norte americana General Cable-, Intelsa -51% de la sueca Ericcson- y Telettra, en la que el 49% pertenece a la firma italianadel mismo nombre. Ya se han iniciado negociaciones con la compañía sueca.Telefónica posee asimismo el 24% del accionariado de Standard Eléctrica, filial española del grupo ITT, aunque la posibilidad de desinversión en este caso está directamente ligado al resultado de las negociaciones del consorcio Compagnie Générale d'Éléctricité (CGE)-ITT, en el que Telefónica se había comprometído a entrar inicialmente, pero que ahora es cuesti,anado por la empresa española. Solana ha supeditado en las últimas negociaciones con la CGE, la participación de la fÍrma española a que se mejoren las condiciones en que debería quedar Standard y Marconi en el seno del nuevo consorcio, y a que el coste de su reconversión -oficiosamente se estima que hay unos excedentes laborales de 6.000 trabajadores- no tenga que ser asumida por el socio español.
La situación se encuentra en estos momentos estancada tras la posición francesa de no aceptar las condiciones españolas. Ayer mismo, representantes de la alta dirección de Telefónica se encontraban en Paris negociando con la empresa francesa, convertida desde el primer momento en el líder de la operación. Precisamente Solana insistió ayer en Madrid, ante una delegación de eurodiputados, que su compañía no puede aceptar que sea la sociedad francesa la que se vea beneficiada por la operación.
El camino de Amper
Telefónica tiene también previsto retomar el plan anunciado hace aproximadamente dos años de sacar a bolsa algunas otras empresas de su grupo industrial, siguiendo el paso dado con Amper hace unos meses. Sintel, en la que tienen el 100% de su accionariado, es la que, según los planes actuales, saldrá a oferta pública, en fecha todavía sin concretar, pero sí antes del verano. Telefónica retendría el 15% de las acciones, para ayudar a su filial a resolver con éxito su salida a bolsa y su propia marcha como empresa.
Dentro de esa estrategia, se procedería más adelante a poner en práctica la misma filosofía con la veintena de empresas industriales del grupo.
Quedaría intacta la participación de Telefónica en Fujitsu España y en AT&T Microelectrónica, las dos últimas operaciones en las que ha participado la compañía española. Por el contrario, filiales de servicios, como es el caso de Entel, dedicada a la informática, experimentarán una fuerte potenciación, adentrando esta empresa en nuevos campos, como el de la informática aplicada a los negocios y a la defensa.
La nueva orientación de suprirnir el grupo industrial, abanderada por el presidente de Telefónica, ha recibido críticas dentro del sector, y especialmente desde los sindicatos, que consideran que la compañía debe conservar un papel de locomotora industrial.
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