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EL CONFLICTO DE HISPANO ALEMANA / Y 3

Caminos divergentes

Hispano Alemana de Construcciones (HASA) y Huarte han seguido caminos divergentes en lo que va de año. Huarte experimentó a primeros de año los efectos negativos de la crisis, pero a partir de marzo la contratación de obra nueva se animó y en mayo se empezaron a registrar los primeros beneficios, según fuentes de Aristos. A 31 de agosto pasado Huarte llevaba perdidos 590 millones de pesetas, con la esperanza de llegar a diciembre en tablas.Hispano Alemana, por su parte, llevaba perdidos a 31 de julio 606 millones de pesetas, que son compensables por el Patrimonio según contrato. El dato más preocupante, sin embargo, de cara al futuro es la caída de la obra contratada, 12.000 millones de pesetas a finales de septiembre, frente a los 18.000 millones aireados por Hans Larigner.

Las partidas más importantes de ambas empresas reflejan las tensiones vividas en estos meses. Así, la cuenta de clientes -saldo de deudores y efectos a cobrar- de Huarte ha dado un salto espectacular, pasando de 7.687 millones de pesetas a 31 de diciembre de 1985 a 15.757 millones a 31 de agosto pasado. Si se toma en consideración que la cuenta de clientes de HASA a 31 de julio se elevaba a 13.849 millones (1.000 millones más que a finales de diciembre), la suma en las dos empresas se eleva a 29.606 millones, de los cuales casi 25.000 millones corresponden a obra de la Administración. "Ahí es donde está nuestra liquidez" asegura Joaquín Casasús, "porque es obra que en su mayoría nos debe la Administración; esas certificaciones normalmente se descuentan en cualquier banco, pero nosotros no lo hemos podido hacer". Son los efectos del misterio Transworld.

Recuperar la confianza

La cuenta de proveedores, que a 31 de diciembre se elevaba a 7.525 millones de pesetas, se ha ido recuperando, tras agotarse entre enero y febrero como consecuencia del cambio de propiedad. A partir de entonces ese saldo se ha ido recuperando paulatinamente, hasta alcanzar a 31 de agosto los 8.917 millones.

Joaquín Casasús está convencido de que la situación de las empresas es buena de cara al futuro. "Porque no se ha dejado de pagar ni una letra, y tras haber hecho todos los pagos de octubre tenemos un saldo de 1.000 millones en bancos. Las empresas están viviendo con puros recursos propios. No tenemos ni una peseta de crédito, al margen del concedido por Rumasa de 2.986 millones, a siete años y al 8%. 0 lo tenemos todo garantizado con cash colateral o con certificaciones de obra pública. Recuperar la confianza de la banca, lograr simplemente que nos descuenten certificaciones de obra es, pues, una tarea prioritaria para la nueva HASA".

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