Emoción en los funerales por el general Garrido

Las honras fúnebres por el gobernador militar de Guipúzcoa, Rafael Garrido; su esposa, Daniela Velasco, y el hijo pequeño de ambos, Daniel, asesinados el sábado por ETA Militar, se oficiaron en la mañana de ayer en la basílica de Santa María, de San Sebastián, bajo una gran emoción. La ceremonia fue concelebrada por 20 sacerdotes.

Veinticuatro horas después del triple asesinato, los cuerpos sin vida del gobernador militar de Guipúzcoa, su esposa y su hijo eran sacados a hombros por compañeros del general Garrido del Gobierno Militar, en el que se instaló la capilla ardiente, y trasladados en furgones fúnebres hasta la basílica.Seis coronas de flores, de las 60 que habían ido llegando hasta el gobierno, precedían a la comitiva, encabezada por los hijos y hermanos del matrimonio Garrido, a quienes seguían el ministro de Defensa, Narcís Serra; el jefe del Estado Mayor del Ejército, Sáenz de Tejada; el delegado del Gobierno en el País Vasco, Ramón Jaúregui; los presidentes (socialistas) de diez comunidades autónomas, que habían viajado a Bilbao para asistir a un acto electoral de su partido; políticos de diferentes formaciones, así como un gran número de militares. Al templo habían llegado ya el lendakari, José Antonio Ardanza, y el consejero de Interior del ejecutivo autónomo, Luis María Retolaza.

El párroco de la basílica, José Elgarresta, con pulso tembloroso, sostenía en sus manos las dos hojas en las que estaba escrita la homilía. Fijando la vista en los féretros, que se encontraban delante del altar, el oficiante, con voz entrecortada, señaló: "Aquí se encuentran los cuerpos destrozados y acribillados, de un hombre de bien, su esposa e hijo. Es la inocencia sacrificada". El párroco dijo, refiriéndose al general Garrido: "Era un hombre de carrera brillante, de singular nobleza, amigo de todos y sin brizna de rencor". Los cuatro hijos del matrimonio Garrido siguieron la ceremonia con gran entereza, mientras la emoción se reflejaba en muchos de los asistentes al acto.

El ministro de Defensa, Narcís Serra, dirigiéndose a, uno de los hijos, le dijo: "Tú o tu hermano, cuando pasen los días, me llamáis o venís a verme". La respuesta del hijo mayor fue: "De acuerdo, de acuerdo".

En el atentado que costó la vida al general Garrido, su esposa y su hijo resultaron heridas 14 personas, de las que ocho permanecían ayer hospitalizadas.

Los últimos partes médicos indicaban que persistía el mismo estado clínico, aunque su evolución era favorable.

Gritos contra ETA en Jaca

El general Rafael Garrido, su esposa e hijo menor fueron enterrados ayer por la tarde en Jaca (Huesca), localidad en la que el referido militar desarrolló gran parte de su actividad castrense, en la Escuela Militar de Montaña, y donde vive una de sus hijas. Las primeras autoridades aragonesas, así como varios miles de vecinos de Jaca, estuvieron presentes en las honras fúnebres. El obispo de la diócesis ofició un responso y se dispararon las salvas de ordenanza, informa Javier Ortega.El numeroso público que se concentró en el cementerio o al paso del féretro por las calles de la localid pronunció gritos de ¡Viva España!" y "¡Muera ETA!". Por otra parte, el capitán. general de la V Región Militar, Baldomero Hernández, manifestó: "Ojalá la sangre del general.

Garrido sirva para que todos nos unamos contra esta mafia de ETA, tal como la llamó el presidente del Gobierno, que quiere terminar con España".

Por otro lado, anoche se celebraron en varias capitales vascas, concentraciones por iniciativa de la Asociación por la paz en Euskadi para protestar por el triple: asesinato de San Sebastián. Unas mil personas se concentraron en Bilbao y otro millar se congregó en en San Sebastián con una pancarta con el lema Dilo con tu silencio.