Vista a la derecha en Grecia
LA TRADICIÓN política que suele reducir las elecciones municipales a un enfrentamiento de nombres propios en torno a los problemas inmediatos de las ciudades queda desmentida con el triunfo de los conservadores de Nueva Democracia sobre el partido socialista. La importancia del vuelco electoral debe medirse por la recuperación de una constante de la política griega: con Gobiernos conservadores las grandes ciudades mantenían municipalidades de izquierda. Esa regla histórica la habían roto los socialistas en sus últinic s años de mandato, copando una y otra representación; ahora, la vuelta a esa costumbre helena no puede pasar inadvertida.El líder de la derecha Constantin Michotakis había sabido en las últimas semanas convertir el resultado de las elecciones municipales en un juicio sobre la gestión del Gobierno de Andreas Papandreu. Y aunque de las más de 200 municipalidades en las que se han celebrado elecciones, cerca de dos tercios continúan en manos socialistas, el resultado en Atenas, Salónica y El Pireo, que agrupan a la mitad de la población, se salda con victorias indiscutibles de los conservadores.
En el triunfo de la derecha ha jugado una serie de factores, entre los que destaca el deterioro económico, con una tasa de inflación sólo igual a la portuguesa en la Comunidad Europea, y las excursiones retórica.s de un izquierdismo de exhibición exterior que han dado una imagen de Papandreu incómodamente próxima a los supuestos líderes del terrorismo internacional en momentos en los que Atenas siente agudamente el temor de esa violencia indiscriminada. Al mismo tiempo, la suavización de la pirotecnia antinorteamericana en torno a la continuidad de las bases de Estados Unidos en Grecia ha perjudicado al primer ministro por su izquierda.
En este ambiente sobrevino la defección del partido comunista, tendencia prosoviética, que retiró su apoyo a los candidatos socialistas en las grandes ciudades, aunque lo mantuviera en el resto del país en aquellos casos en que los candidatos del PASOK se hallasen en la mejor posición para ganar. Otro factor de la derrota gubernamental, no menos importante, hay que verlo en la personalidad del candidato ¿e Nueva Democracia a la alcaldía de Atenas, Miltiades Evert. Éste ha sido quien de una manera más efectiy a ha logrado transformar unas elecciones municipales en una pugna política por elevación entre los dos grandes partidos. Evert, con un estilo que recuerdaal del ex presidente Caramanlis, fundador de Nueva Democracia, pero en el que sustituye la arrogancia del líder conservador por una capacidad de acercamiento al votante, ha sabido dirigirse a la opinión ateniemie desbordando una posición estrechamente partidista.
El socialismo mediterráneo de Papandreu necesita encontrar un segundo resuello para hacer frente a un,-LS elecciones generales. El radicalismo verbal de sus propuestas, combinado con una moderación de gobierno no especialmente brillante en sus resultados, parece haberle perjudicado por sus dos alas. Pero, a pesar de ello, puede preverse para los próximos meses una mayor iiidigestión de ambas recetas: una política económica m,,"LS conservadora para recuperar a una parte de las clases medias y la nueva exacerbación de las relaciones con Estados Unidos, al que se sigue acusando de primar a Turquía en el contencioso entre los dos países. Y si Papandreu reincide en su política no es dificil vaticinar que el fracaso socialista del domingo será sólo el primer capítulo de una historia que continúa.
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