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GENTE

Ruud Lubbers,

primer ministro holandés, consiguió detener el pasado fin de semana a dos jóvenes que acababan de robarle la radio del automóvil. Primero los persiguió en coche, y cuando los chorizos se internaron por las callejuelas del barrio antiguo de Rotterdam para abortar la persecución, el atlético Lubbers, lejos de desanimarse, corrió tras ellos hasta detenerlos, tras lo cual los sujetó y vigiló hasta la llegada de la policía.

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