Ambigüedad nuclear
( ... ) El polémico debate sobre el poder nuclear y sus resultados hasta ahora proporciona un clásico ejemplo de los intentos laboristas para reconciliar el mundo real con sus apasionadas esperanzas.El partido en general está dominado por una corriente de miedo a los riesgos de errores técnicos, accidentes e incluso catástrofes, que ha aumentado comprensiblemente después del accidente de Chernobil. Por otra parte, los eruditos del partido, incluido su portavoz de energía, John Cunnigham, (...) argumentan que las necesidades de la economía y la energía no permiten abandonar precipitadamente la energía nuclear. (...)
El debate se complica mucho más debido a los conflictos de intereses en los distintos sectores del partido. Por un lado están los tres grandes sindicatos que representan a los trabajadores de la industria nuclear, que se oponen firmemente al cierre de las centrales nucleares y la consiguiente pérdida de su forma de ganarse la vida. Contra ellos se encuentran Arthur Scargill y el Sindicato Nacional de Mineros, que mantienen que la argumentación sobre las medidas de seguridad en contra de la energía nuclear es indefendible, y que ésta puede ser reemplazada por el desarrollo del carbón, que habría que reforzar con energía hidroeléctrica, eólica y solar. (...)
Para los líderes laboristas existe una necesidad pragmática de satisfacer dos cosas: el sentimiento antinuclear del partido y la aceptación del simple hecho de que cualquier compromiso para el inmediato abandono de la energía nuclear ocasionaría dificultades energéticas y económicas.
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