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La Camorra destruye parte de las pruebas del 'escándalo de las recetas médicas' en Italia

Juan Arias

La Camorra es la responsable del incendio que durante la noche del miércoles destruyó gran parte de las pruebas del llamado escándalo de las recetas medicas. Para la policía italiana no existen dudas al respecto, y atribuye a esta mafia napolitana el siniestro, en el que quedaron reducidas a cenizas más de 10 millones de recetas médicas extendidas en los últimos cinco años y almacenadas en un centro de la Seguridad Social de la ciudad de Avellino, cercana a Nápoles.El incendio provocado se produjo horas después de que el ministro de la Salud, el democristiano Carlo Donat-Cattin, entregase al magistrado Marco Boschi, de Roma, la denuncia de una imponente estafa de 35.000 millones de pesetas al Estado en el campo de la Sanidad, llevada a cabo en las regiones de Sicilia, Campania y Calabria. Se trata de una estafa de medicinas pagadas por el erario público, que ni siquiera existían. Se ha podido comprobar que en dichas regiones se han pagado estos años más medicinas que las que han podido fabricar los laboratorios.

La denuncia, presentada por el ministro a la magistratura, alarmó a la clase política de las tres regiones citadas y a no pocos médicos, farmacéuticos y representantes de laboratorios, sobre los que recae la acusacion grave de haber estado en contacto con la Mafia en Sicilia, con la Camorra en Avellino y con la N'dranghetta en Calabria, las tres organizaciones criminales del sur italiano.

Y precisamente el cuerpo del delito eran los millones de recetas acumuladas en las unidades sanitarias o centros locales de la Sanidad del Estado sobre las que a partir de hoy iban a empezar a investigar la magistratura y la policía. De ahí el que la Camorra haya querido hacer desaparecer rápidamente las pruebas, provocando un incendio que sólo por milagro no provocó víctimas humanas. Mientras el incendio estaba ya en pleno auge, en otras salas contiguas del mismo edificio la policía sorprendió, pero sin lograr detenerle, a un joven que estaba prendiendo fuego a otro de los almacenes de recetas en el que estaban depositadas las de los dos últimos años. Son las únicas que se han salvado en Avellino, y sobre ellas ha empezado ya a investigar ayer la justicia.

Al mismo tiempo, y para que no pueda ocurrir lo mismo en las otras regiones, la magistratura ha ordenado el secuestro de millones de recetas en las regiones de Sicilia y Calabria, que ahora están protegidas por pelotones de policía y carabineros.

El ministro Donat-Cattin se ha ganado con esta denuncia una buena imagen, pero al mismo tiempo su posición no es fácil, ya que se trata de una personalidad muy singular, enemigo político del actual secretario democristiano, Ciriaco De Mita. Curiosamente, Avellino es la ciudad de De Mita. Además, Donat Cattin no ignora que las tres regiones en las que se desarrolla el escándalo de las recetas médicas están dominadas abrumadoramente por la clase política de su partido, la Democracia Cristiana. Por ello, si, como piensan todos los observadores, en dicho escándalo estuvieran involucrados muchos de los altos políticos a nivel local, como es muy difícil dejar de pensar, la denuncia del ministro podría acabar convirtiéndose en un bumerán contra su mismo partido.

Quizá por ello, el, ministro fue ayer muy cauto ante los periodistas diciendo que él se ha limitado a denunciar una estafa contra el Estado, como era su deber, pero que en su denuncia "no hay nombres". El ministro no se ha atrevido a insinuar que dicha estafa haya podido estar ideada y llevada a cabo por la Mafia, ya que se trata de una palabra, como Camorra o N'dranghetta, que un político no pronuncia jamás, como tampoco la pronuncian los mafiosos. Éstos suelen repetir que "la única mafia es la de los políticos".

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