Polémica con el Pentágono en el congreso laborista británico
El Partido Laborista inició ayer su tradicional congreso anual -posiblemente el último antes de la convocatoria de las próximas elecciones generales- convencido de que representa la única alternativa de poder a los conservadores de la primera ministra, Margaret Thatcher, y sumido en una agria polémica sobre temas de defensa con los responsables del Pentágono norteamericano.Tanto el líder del laborismo, el galés Neil Kinnock, como su segundo, el ministro de Hacienda en el Gabinete en la sombra y vicelíder del partido, Roy Hattersley expresaron públicamente su fe en el triunfo al rechazar toda posibilidad de una coalición poselectoral con la alianza de socialdemócratas y liberales en el caso de no producirse una mayoría de ninguno de los partidos.
En la actualidad, los conservadores tienen 391 diputados, los laboristas 203 y la alianza 26.
En declaraciones hechas en la mañana de ayer, mientras que los cerca de 2.000 delegados ante la conferencia llegaban a la ciudad costera de Blackpool, en el este de Inglaterra, para asistir a la reunión, Kinnock manifestó que una coalición supondría "un engaño" al electorado que vote Laborista. Hattersley, por su parte, fue más allá y manifestó que las coaliciones son "muy poco democráticas", una idea curiosamente compartida por Thatcher y los conservadores y que pone de manifiesto la oposición de los dos partidos mayoritarios a un cambio del actual sistema electoral, mayoritario, en favor del de representación proporcional defendido por los dos partidos integrados en la alianza.
La actual dirección del partido tiene la esperanza de poder demostrar al país que la crisis interna del laborismo y los enfrentamientos entre sus alas derecha e izquierda, que produjeron la segunda victoria conservadora de 1983, son hechos que pertenecen al pasado y que el partido está totalmente cohesionado.
Sin embargo, los deseos de que el conflictivo tema de la defensa del Reino Unido fuera tratado sin estridencias y repercusiones fuera del recinto de los Jardines de Invierno de Blackpool han saltado por los aires ante unas explosivas declaraciones del secretario de Defensa, Caspar Weinberger, y de su segundo, Richard Perle, en las que ambos políticos norteamericanos se muestran altamente críticos de la política laborista sobre defensa. Las declaraciones de Weimberger y de Perle fueron transmitidas ayer por el programa Panorama de la BBC 1 y por el canal 4, respectivamente, pero fueron filtradas a la Prensa dominical para coincidir con la inauguración del congreso laborista.
Cierre de bases
El laborismo británico ha apostado por una política de desarme nuclear unilateral si llega al poder. Aunque en su documento sobre defensa, elaborado por la Ejecutiva Nacional, los laboristas se declaran totalmente partidarios de la Alianza Atlántica y del incremento del presupuesto de Defensa convencional británico, sin embargo, afirman que, caso de llegar al poder, procederían al cierre de las bases nucleares norteamericanas en el Reino Unido.Para Weinberger, que, según parece, ha decidido enfrentarse con la polémica de sus declaraciones, a pesar de las acusaciones inmediatas de injerencia en los asuntos internos británicos, una decisión de tal magnitud pondría en peligro la propia existencia de la OTAN y aumentaría los riesgos de un conflicto mundial.
Como era de esperar, Kinnock ha acusado a Weinberger de "intentar invalidar los principios en los que se funda la Alianza Atlántica", el derecho de los Gobiernos democráticamente elegidos a escoger la defensa que crean adecuada para sus propios países, a la vez que ha dado a entender que la Casa Blanca tiene una actitud más comprensiva.
El tema de defensa es uno de lo temas capitales en las confrontaciones electorales en el Reino Unido, donde todavía el síndrome de Munich y el apaciguamiento del entonces primer ministro, Nevill Chamberlain, ante la creciente amenaza nazi tienen un peso histórico. Tras las divisiones entre liberales y socialdemócratas en torno al futuro de los Trident, una polémica sobre defensa entre laboristas y el hermano mayor de Washington sólo puede beneficiar a lo conservadores, que comienzan su congreso anual el próximo lunes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.