México tropieza con dificultades en la renegociación de su deuda externa
Las negociaciones que México mantiene, paralelamente a las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, con sus bancos acreedores para la renegociación de su deuda externa, han tropezado con dificultades inesperadas en las últimas horas, hasta el punto de que se duda de que ambas partes lleguen a un compromiso antes de mañana lunes, fecha esta última límite para presentar el acuerdo a los responsables del FMI.El país azteca, incapaz de pagar los 10.000 millones de dólares anuales que supone el servicio de su deuda exterior (estimada en casi 100.000 millones de dólares), ha solicitado 12.000 millones de dólares en dinero fresco para hacer frente a los pagos pendientes en el ejercicio actual. La mitad de este dinero, 6.000 millones de dólares, lo está negociando con sus bancos acreedores y el resto fue ofrecido por el FMI el pasado mes de julio bajo el entendimiento de que previamente llegara a un compromiso con el Steering Committe que representa a los bancos acreedores.
Según fuentes solventes, las negociaciones para obtener este dinero fresco quedaron suspendidas a última hora del pasado viernes, después que las dos partes no consiguieran ponerse de acuerdo en torno al margen que sobre el libor (precio del dinero en el mercado interbancario e Londres) debe cargarse como interés por el nuevo préstamo. Los bancos solicitaban un margen de 7/8 sobre el interbancario de Londres en una primera parte del crédito y algo más de un punto sobre el libor en el último tramo. Ambas partes habían llegado a un acuerdo para que el nuevo préstamo tuviera una duración de diez años con un largo período de carencia antes de comenzar a amortizar el principal.
La disputa sobre el tipo de interés forzó a los negociadores mexicanos a evacuar consultas con el presidente De la Madrid y el ministro de Finanzas Gustavo Petricioli, que se encontraba en Nueva York con motivo de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Los bancos esperaban que la respuesta mexicana sería presentada al comité de bancos acreedores mañana lunes, antes de que se cumpla el plazo dado por el FMI para la consecución de un acuerdo.
La renovación de la deuda mexicana supone el primer test serio del denominado Plan Baker que Estados Unidos presentó en las reuniones anuales del FMI y Banco Mundial celebradas en Seúl en septiembre pasado.
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