Un club de ancianos y una guardería siguen cerrados a un año de su construcción
Representantes de la Asociación de Vecinos de Carabanchel Bajo manifestaron al alcalde de Madrid, Juan Barranco, en una entrevista mantenida el pasado miércoles, su profundo malestar por las "absurdas trabas burocráticas" -según declaró la presidenta de la asociación, Julia García- que han impedido hasta ahora la apertura de una guardería y un club de ancianos en la colonia Roger de Flor, en el citado barrio. Tanto la guardería como el club llevan terminados ya un año.Según Julia García, parece que la causa del retraso se debe a que el Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima) aún no ha traspasado la titularidad al Ayuntamiento.
La presidenta de la asociación expuso al alcalde que ambos locales son de los mejores de su género construidos en la ciudad. La guardería tiene capacidad para albergar a unos 100 niños, 20 de primera infancia, 40 entre uno y tres años, y otros 40 de entre cuatro y cinco años de edad.
El local cuenta con instalaciones completas, y en su construcción los detalles se han cuidado al máximo. Los faroles, que dan luz en el patio interior, por ejemplo, se trajeron expresamente de Sevilla, y la guardería dispone de una habitación apartada en la que atender a los niños que puedan sufrir alguna enfermedad pasajera pero contagiosa. El club de ancianos tiene capacidad para 150 personas, aunque la asociación tiene ya una lista de solicitudes de potenciales socios que supera los 300.
La colonia Roger de Flor fue inaugurada por el alcalde Enrique Tierno en uno de sus últimos actos públicos, y el propio Tierno destacó en aquel entonces la buena construcción de los edificios y el cuidado puesto en su ornamentación.
Limpieza diaria
La asociación se encarga desde su terminación de la limpieza diaria de los mismos y de mantener en funcionamiento los elementos de cocina, baño, el cuarto de los biberones y otros enseres que podrían deteriorarse por el prolongado abandono, así como de pagar los recibos de luz y agua.Julia García declaró a este periódico que el retraso en la puesta en marcha de ambos centros no tiene explicación, y que "si realmente la causa del mismo es la falta de coordinación entre las burocracias municipal y autonómica habrá que pensar que lo que falta realmente es sensibilidad hacia los problemas de la gente".
Barranco escuchó los planteamientos de la asociación de vecinos, que también pidió sus buenos oficios para recuperar un antiguo arroyo que atravesaba el barrio, hoy desaparecido bajo los escombros, y les aseguró que haría cuanto pudiera por buscar soluciones rápidas y eficaces.
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