El Senado ratifica a Rehnquist al frente del Supremo de EE UU
La ratificación efectuada el miércoles por el Senado norteamericano del juez ultraconservador William Rehnquist como decimosexto presidente vitalicio del Tribunal Supremo de EE UU afianza la revolución conservadora, en principio, para más allá del año 2000, según afirmaron ayer los observadores en Washington. Rehnquist, de 61 años, fue nombrado para este cargo par el presidente Ronald Reagan en sustitución de Warren Burger, que abandonó el puesto por jubilación.
El juez Rehnquist, que ha sido bautizado como "mister derecha" por la revista Time y como la "ley de Reagan", por Newsweek es considerado como el más conservador de los nueve integrantes del Tribunal Supremo norteamericano. La teoría de los observadores, según la cual Rehnquist será la prolongación del reinado de Reagan, se basa en la edad media del resto de sus compañeros en el tribunal, que es de 70 años. Cinco de los integrantes de este órgano tienen más de 75 años, dos superan los 65 años y la única mujer, la más joven del grupo, tiene 56 años.Rehnquist, que fue nombrado miembro del Tribunal Supremo en 1971 por el entonces presidente Richard Nixon, ha sido sustituido a su vez por otro conservador, Antonin Scalia, de 50 años, hijo de inmigrantes italianos.
El nombramiento de Rehnquist ha sido aprobado por el Senado, tras tres meses de discusiones, por 65, votos a favor y 33 en contra. Según los observadores, es la primera vez que un presidente del Tribunal Supremo consigue una cantidad tan elevada de votos negativos.
Entre los miembros del Senado -donde el Partido Republicano tiene la mayoría- que votaron en contra del nombramiento de Rehnquist se hallan dos representantes republicanos. Estos últimos se manifestaron "suficientemente preocupados" ante las informaciones existentes que cuestionan la integridad del magistrado. Por el contrario, 17 senadores demócratas dieron el miércoles su apoyo a Rehnquist.
Oposición a Rehnquist
Edward Kennedy, senador demócrata por Massachusetts, ha sido uno de los principales opositores al nombramiento de Rehnquist, al que considera como "demasiado extremista sobre los problemas referentes a la cuestión racial, los derechos de la mujer, la separación entre Iglesia y Estado; demasiado extremista para ser el presidente del Tribunal Suprerno".Los demócratas acusaron a Rehriquist, durante cuatro días de audiencias celebradas el pasado agosto ante el comité judicial, de ser insensible respecto a los derechos de las minorías y de hostigar a los votantes hispanos y negros en las elecciones celebradas en los años sesenta. También se le acusa de imponer cláusulas discriminatorias que impedían la reventa de mansiones que habían sido suyas a negros y judíos y de aprobar la vigilancia ilegal de actividades contrarias a la guerra de Vietnam cuando era viceministro de Justicia, en la época en la que fue presidente Nixon.
Los senadores republicanos, por su parte, defendieron la gran experiencia de Rehnquist y calificaron los ataques demócratas de rehnquisición.
Los observadores temen que en la nueva etapa que dirigirá Rehnquist se adopten medidas contrarias a las ya aprobadas por el Tribunal Supremo, como es la constitucionalidad del derecho al aborto. Entre las iniciativas que se espera que se aprueben bajo el mandato de Rehnquist se halla la de abolir la prohibición que impide las oraciones antes de comenzar las clases en las escuelas públicas.
Según los observadores, en el posible cambio del Tribunal hacia posturas más de conservadores puede influir la designación de Scalia, así como el nombramiento de nuevos jueces pertenecientes a la misma línea ideológica de Rehnquist cuando mueran los miembros más ancianos del tribunal.
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