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Liquidez en el cuello de botella

El mercado ha optado en la última sesión por mantenerse a la espera de los acontecimientos, como única solución práctica del cuello de botella en el que se encuentra. El papel que sale regularmente se absorbe con fluidez en los corros, pero dejando siempre la primera iniciativa al dinero, que posteriormente se repliega tras algunas escaramuzas de duración limitada. Con escasas diferencias, esta situación se sucede de igual manera en casi todos los segmentos de confrontación, por lo que el índice general reduce sus variaciones al campo de la anécdota. Por su parte, las cifras de negocio diarias tampoco ofrecen un dato especialmente significativo, puesto que, con cierta tendencia descendente, mal que bien se sostienen sobre los 6.500 millones de pesetas efectivas en acciones. Estos recortes en los niveles de contratación pueden explicarse por la liquidez en la que se han posicionado algunas carteras.De hecho, parece que las disponibilidades líquidas son grandes entre las instituciones, ya que en la subasta del día del banco emisor no se han producido solicitudes de dinero. Por otra parte, las magnitudes monetarias se encuentran en una zona aceptable dentro de la banda de fluctuación prevista, por lo que el banco emisor no tiene necesidad alguna de drenar fondos del sistema. La ausencia de tensiones garantiza por el momento la continuación de la línea bajista para las siguientes semanas. En el mercado interbancario, con fecha 17 de septiembre, se cruzaron operaciones a un día por más de 700.000 millones a un tipo medio del 11,63%, mientras el tipo medio inferior se localizaba en operaciones a seis meses con un 11,25%; a este plazo se colocaron únicamente 1.000 millones de pesetas.

En principio, la caída de tipos es buena para los mercados de valores, refugio de los fondos a colocar, pero sólo hasta el punto en que se consigue mantener un cierto nivel de profesionalidad en la operatoria, ya que en algunas ocasiones es el pequeño ahorrador el que acude al mercado desde posiciones de renta fija atraído por las recientes alharacas de los medios de comunicación. Un .inversor poco iniciado que se lanza al mercado de valores sin consejo de expertos, en unos momentos tan complejos como los actuales, que convierten el parqué en un coto abierto con garantías únicamente a los profundos conocedores de su dinámica, garantiza la aparición de una modalidad operativa nerviosa, que se ve abocada casi indefectiblemente al fracaso. Son estos operadores los únicos que anhelan una nueva fase alcista inmediata como única forma de salir airosamente de unas posiciones comprometidas.

En los cierres de la sesión quedaban en el alero algunas solicitudes selectivas para acciones muy concretas. Este era el caso de varios títulos eléctricos, algunas empresas petroleras y ciertas entidades bancarias. Estas últimas han demostrado de nuevo su gran capacidad para asimilar con alzas el dinero de sus corros por poco que sea, como muestra de que, en todo caso, sus cotizaciones no pueden bajar mucho más. El mercado da la sensación de tender a cero como producto del aglutinamiento de fuerzas cuyos efectos se contrarrestan o, lo que es lo mismo, el equilibrio como resultado de la irregularidad.

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