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"Las hordas recorren las calles de Santiago bajo la ley de la impudicia", denuncia el líder democristiano Zaldívar

Antonio Caño

La represión y el miedo, se han apoderado de Chile, como en los peores días que sucedieron al golpe militar del 11 de septiembre de 1973. "Las hordas recorren las calles de Santiago bajo la ley de la impudicia", ha denunciado el dirigente democristiano Andrés Zaldívar, antiguo presidente de la internacional de esa ideología. Su casa, así como la del líder del mismo partido Gabriel Valdés, fue atacada el jueves por un grupo de individuos que arrojaron piedras contra las ventanas e insultaron y amenazaron a los políticos y a sus familias.

Al trágico goteo de cadáveres en contrados desde que el lunes fue impuesto el estado de sitio tras un atentado frustrado contra el general Augusto Pinochet, se sumó en la noche del viernes el del arquitecto Alberto Sagre, encontrado en su oficina de la ciudad de Valparaíso 24 horas después de haber sido secuestrado por hombres no identificados.Son ya seis las personas muertas en estas circunstancias en menos de una semana -uno de ellos fue encontrado con 12 disparos en la cabeza- y alguna de las fantasmagóricas organizaciones que se atribuyen estos asesinatos advierte que no pararán hasta acabar con la vida de tres personas por cada uno de los cinco policías muertos en el atentado contra Pinochet.

Un misterioso grupo autodenominado Comando Once de Septiembre -fecha en que fue derrocado Salvador Alleride y llegó al poder Pinochet- es uno de los que ha reivindicado en llamadas a varios medios de Prensa, entre ellos la agencia Efe, los asesinatos y ha anunciado la muerte de "más comunistas".

El ministro secretario general de Gobierno, Francisco Javier Cuadra, mano derecha de Pinochet, declaró, al explicar estas muertes, que "se trata de los procedimientos típicos de purga dentro de los grupos extrernistas". "Es una forma en que normalmente actúan los grupos marxistas cuando están en inconvenientes serios, y en estas últimas semanas los marxistas habían experimentado reveses demasiado importantes que los llevan a cortar sus vías de información".

Más sereno, el ministro del Interior, Ricardo García, ha anunciado que las muertes serán investigadas y que "pueden existir diversas interpretaciones".

El Colegio de Periodistas chileno ha denunciado que sus asociados están estos días más dedicados a defender su vida que a buscar información. Al asesinato del penodista José Carrasco se ha sumado una cadena de amenazas de muerte a otros reporteros de las revistas de oposición clausuradas. Una de ellas, Hoy, fue autorizada ayer a aparecer nuevamente.

Los periodistas detenidos, así como los 14 dirigentes políticos presos desde el estado de sitio, han sido acusados de promover y respaldar el terrorismo. Entre los 14 detenidos se encuentra un dirigente del Partido Socialista de la Alianza Democrática -el más moderado-, Ricardo Lagos, y otro del sector más radical del socialismo, Germán Correa; todos han sido trasladados ya de la policía de investigaciones a los carabineros, y se espera que en las próximas horas sean deportados o relegados a un exilio interno.

La policía informó ayer de la detención de un "supuesto periodista australiano" que identifican como "Andrew Vnaus o David Wisemand", al que acusan de haber entrado nueve veces en Chile con tres nombres distintos. La Embajada australiana carece de información al respecto.

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