Muere un soldado de la FINUL en un nuevo atentado en Líbano contra la presencia militar de París

Un nuevo atentado en el sur de Líbano, en el que ha muerto un soldado francés y otros cinco han resultado heridos, ha venido a aumentar las presiones de todo tipo que se acumulan estos días sobre el Gobierno de Jacques Chirac. El primer ministro francés se enfrenta a una oleada de terrorismo que golpea en el mismo París (tres atentados en menos de ocho días) y a los continuos ataques contra los cascos azules, que han causado hasta hoy 14 muertos y varias decenas de heridos.

La única noticia reconfortante para el Gobierno de centro-derecha es que las negociaciones con Irán, que se consideran claves para la liberación de los siete rehenes franceses que están en manos de la organización Yihad (Guerra Santa) Islámica, prosiguen a buen ritmo, según afirmó ayer el representante de Teherán en París.Los seis soldados, miembros de la Fuerza de Interposición de las Naciones Unidas para el sur de Líbano (FINUL), fueron alcanzados por una bomba cuando patrullaban en un vehículo blindado cerca de Baflay, a 15 kilómetros del puerto de Tiro. Uno de ellos, herido en la cabeza, y que según un portavoz de la FlNUL se encontraba "clínicamente muerto", falleció poco después de ser ingresado en el hospital.

Retirada polémica

El atentado forma parte de la estrategia de los grupos shiíes, que desean la retirada francesa del sur de Líbano y que han provocado en las últimas semanas repetidos incidentes. El 4 de septiembre, una bomba de características similares causó la muerte de tres cascos azules. Tanto Chirac como el presidente de la República, François Mitterrand, han asegurado que no ordenarán una retirada unilateral del contingente francés, pero al mismo tiempo han pedido al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que "reexamine" con toda urgencia el papel de la FINUL. El nuevo atentado se ha producido pocos días después de que llegara al sur de Líbano una misión de la 0NU encargada de entrar en contacto con todas las fuerzas implicadas en el conflicto, y se interpreta como un desafío.El deterioro del papel francés en Líbano coincide además con la oleada de terrorisimo que sacude París y que, según la policía, puede: agravarse en los próximos días. El primer ministro, que se encontraba ayer de visita oficial en Argelia, tiene previsto anunciar a su regreso nuevas medidas para endurecer la lucha antiterrorista. El secretario general del Partido Comunista Francés, Georges Marchais, advirtió contra cualquier recorte de "las libertades individuales 31 colectivas", y señaló que "los atentados están sirviendo de pretexto a campañas racistas". Marchais admitió, sin embargo, que puede resultar útil exigir visado de entrada en Francia a los ciudadanos de determinados países.

Un grupo de diputados y senadores del partido de Chirac (Asamblea para la República, RPR) pidió ayer publicamente el restablecimiento de la pena de muerte, abolida por el Gobierno socialista en 1981, para los delitos de terrorismo. "En los países en los que se ejecuta a los terroristas no hay el peligro de que se chantajee para pedir su liberación", aseguró el diputado Michel Pericard.

Algunos medios políticos sugerían ayer, por otra parte, que el terrorismo, y sobre todo la situación de los rehenes franceses en Líbano, figuró entre los temas tratados por Chirac en Argelia. El régimen argelino ha actuado en numerosas ocasiones como intermediario para lograr la liberación de personas que se encontraban en manos de grupos shiíes, y no se descarta que el primer ministro francés haya solicitado su ayuda para resolver su contencioso con Irán.

Optimismo

El encargado de negocios de Teherán, Golan Reza Hadadi declaró ayer a Le Monde que se sentía "optimista" sobre el futuro de las relaciones entre los dos países. Hadadi afirma que París "muestra buena voluntad" para solucionar el problema de la devolución de un crédito de 1.000 millones de dólares concedido en tiempos del sha, y da a entender que la negociación se encuentra "muy avanzada". La mejora de las relaciones pasa, sin embargo según fuentes francesas, por la liberación de los siete hombres que se encuentran en poder de la Yihad Islámica en Beirut."Está completamente descartado que vaya a Irán mientras que los rehenes no estén de vuelta en casa", señaló recientemente el ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Bernard Raymond. La polémica interna se centra ahora en Francia en el papel de los medios de comunicación. Personalidades próximas al Gobierno y a la oposición han criticado a la segunda cadena de televisión, Antenne 2, que desde hace meses comienza sus servicios informativos con las fotos de los secuestrados (entre ellos, dos técnicos de la cadena). La esposa del periodista Jean-Paul Kauffmann, que desapareció hace año y medio, considera, sin embargo, que el recordatorio no perjudica a los secuestrados. "El Gobierno y la oposición querrían suprimirlo porque le resulta incómodo a toda la clase política francesa", explicó Joelle Kauffmann.