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Canarias, bajo un sol de oro

La poderosa industria turística regional está controlada en buena parte por extranjeros

Canarias, con la entrada del verano, está viviendo el punto más dulce de la industria turística en el último decenio. Playa de las Américas y Puerto de la Cruz, en Tenerife, y Playa del Inglés, en Gran Canaria, son las Bahamas de final de siglo para un capital europeo que invierte torrencialmente en estas siete islas que se han convertido en el principal lugar de descanso de Europa. Este nuevo monocultivo insular del sol constituye la médula central de la economía regional: el sector de servicios da trabajo al 58% de la población activa y aporta el 65% del total del producto interior bruto (PIB).

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Las estadísticas se han desorbitado y la inquietud comienza a extenderse en sectores políticos, sindicales y ecologistas. El fantasma de una colonización con acento multinacional ha planeado últimamente sobre los responsables directos del negocio turístico. "A un financiero que viajó a Santo Domingo con la idea de invertir le recomendaron que tomara el avión y colocara su dinero en Canarias, donde la rentabilidad es a tres años vista", cuenta el catedrático de Botánica de la universidad de La Laguna Wolfredo Wildpret, conocido ambientalista insular. A un empresario del ramo, el presidente del Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) del sur de Tenerife, Ricardo Tavío, le consta que se ha llegado a pagar 500.000 pesetas por un metro cuadrado de local comercial en Playa de las Américas, enclave del sur de Tenerife que vive la bonanza hotelera. "Se barajan precios superiores a los que se pueden pedir por un negocio en la Quinta Avenida de Nueva York", comenta el representante del CIT.A este afloramiento contribuye la paz social que garantizan los sindicatos; una mejora en la relación oferta-precio; la recuperación del panorama económico internacional; las ambiciosas campañas de promoción en el exterior; la agresividad del marketing desplegado por los operadores turísticos internacionales y factores coyunturales como la amenaza radiactiva de Chernobil. El crecimiento turístico ha sido tan vertiginoso que ni los economistas han sido capaces de cuantificar el fenómeno. No existen datos exactos sobre el movimiento de capital, que ha cambiado diametralmente en cinco años la faz de la principal fuente de riqueza en las islas.

Trabajo para 48.000 personas

La hostelería dio trabajo en 1983 a cerca de 48.000 personas y generó 106.000 millones de pesetas, según datos obtenidos por el Banco de Bilbao. Canarias, con 25.108 camas de cuatro estrellas, es el lugar del país que posee mayor infraestructura hotelera de dicha clase. En la categoría de cinco estrellas sólo es superada por Madrid en menos de 1.400 plazas y por Baleares si nos referimos al cómputo global de la oferta. Canarias posee, en total, 66.173 camas, unas 5.200 menos que el archipiélago mediterráneo según informaciones elaboradas en 1984 por el Instituto Nacional de Estadística. Ahora, uno de los municipios en que se asienta Playa de las Américas ha pasado de tener un presupuesto de 300 millones de pesetas en 1983 a incrementar hasta 1.064 millones de pesetas en este año. Su alcalde, el socialista Manuel Barrios, reconoce que el paro en su localidad es "casi inexistente". El Ayuntamiento concedió licencias de construcción en 1985 por valor de 9.000 millones de pesetas, y en lo que va del actual la cifra por el mismo concepto gira en torno a los 6.000 millones de pesetas.

El crecimiento turístico de Canarias preocupa a las autoridades regionales. El consejero de Política Territorial, Javier Domínguez Anadón, afirma sin dudarlo que "el Gobierno autónomo ha heredado un desorden absoluto en materia de ordenación urbanística" La aceleración del ritmo de construcciones amenaza con arruinar la industria turística ya instalada. Mientras la demanda aumentó en los últimos cinco años un 6% anual, la oferta experimentó un impulso del 30% anual. Varios municipios, entre ellos Arona y Adeje, en Tenerife, y San Bartolomé de Tirajana, en Gran Canaria, figuran en la lista de alerta roja urbanística, y sus planes de ordenación están siendo actualmente revisados. Por su parte, la consejera de Turismo y Transportes, María Dolores Palliser, destaca su voluntad de acabar con las actividades clandestinas. En una guía de alojamientos publicada por su departamento no aparecen los que están fuera de la ley. Una normativa sobre infracciones turísticas fija sanciones de hasta un millón de pesetas.

Las playas canarias están en buen estado, según Leo Wildpret, coordinador regional de Sanidad Ambiental. Únicamente la playa del Cangrejo, en Tenerife, y la de las Alcaravaneras, en Las Palmas, registran contaminación por vertidos residuales, por lo que no son utilizadas por los bañistas. Síntoma de la época de vacas gordas que experimenta el sector es el récord de afluencia de visitantes registrado en el primer semestre del año. Dos millones de turistas viajaron desde el Reino Unido, resto del Estado español, República Federal de Alemania, países escandinavos e Italia en busca de sol, tranquilidad y exotismo, que son, en opinión de los expertos, los principales reclamos de la marca canaria; las excelentes previsiones de ocupación hotelera en las islas para este verano no entusiasman demasiado al gerente de la Asociación de Hoteleros (Ashotel) en Santa Cruz de Tenerife, Eduardo Solís, que atribuye al exceso de oferta el descenso del poder adquisitivo de los visitantes. Plácido Bazo, presidente del Patronato de Turismo de Tenerife, coincide con Carlos Hidalgo, consejero-delegado de Kurt Konrad, SA (una de las dos importantes promotoras, que abrirá este año tres hoteles, con 5.000 nuevas camas), en la necesidad de diversificar la oferta y potenciar los servicios complementarios para atraer turismo de alto nivel económico. Algunos complejos, como el Lago Artificial Martiánez, en Tenerife, o las instalaciones turístico-deportivas de La Santa Sport, en Lanzarote, que atraen a figuras mundiales de la competición de elite, son experiencias afortunadas en la línea antes citada. La inminente creación de dos campos de golf en Tenerife (Golf del Sur y Bahía Amarilla) y la autorización del Gobierno autónomo para la instalación de dos casinos más en el archipiélago (Tenerife y Gran Canaria) son las bases en que descansará la inmediata campaña de captación de turismo norteamericano.

El Gobierno canario, Iberia, Trasmediterránea y los hoteleros subvencionan unos programas de viajes colectivos interiores que permiten a personas de la tercera edad, escolares o vecinos de barrios visitar las islas durante cinco días por 13.000 pesetas.

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