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Fiestas por las calles de Alcalá de Henares

Las peñas quieren más música y toros para animar a los vecinos

Rosa Rivas

Las ferias y fiestas de San Bartolomé tienen barquilleros, globos y torneos de ajedrez en la plaza de Cervantes, el centro de Alcalá de Henares y donde más bulle el jolgorio. Tiene orquestas que tocan a la hora del vermú y una exposición de cerámica donde se pueden comprar palilleros de barro por 100 pesetas. Alcalá no tiene reina, pero sí nueve damas, una de ellas representante de la comunidad gitana; también tiene 12 peñas, que piden más música, más toros y más dinero para animar las calles de la ciudad durante los 10 días que duran sus fiestas.

Las 12 peñas oficiales agrupan a unas 800 personas -no mucho para una población con casi 150.000 habitantes- y se encargan de animar las fiestas a ritmo de bombo y charanga. La peña de El Quijote, con 200 componentes, es la más numerosa y la más antigua. Se fundó hace nueve años. "El. Ayuntamiento no nos apoya lo suficiente. Las peñas tenemos que pagar en todos los festejos taurinos. Sin embargo, el año pasado nos daban entradas gratuitas. Por eso, para protestar, hicimos todos una sentada el sábado pasado frente a la plaza de toros", dicen algunos de los 46 componentes de El Cazo."El único enrollado de los que están arriba es José Macía, el concejal de deportes y festejos, eso hay que contarlo". Y lo cuentan en El Pito, otra de las agrupaciones. Dicen eso y que la gente no colabora para hacer ambiente. El Ayuntamiento da subvenciones a las peñas que oscilan entre las 87.000 y las 120.000 pesetas, según hagan o no carroza.

En el extremo de la plaza, el negocio del verano: una tómbola de muñecas chochonas. "Estábamos en crisis, y hubo que inventarse algo", dice el propietario de la tómbola. "Desde que empezamos en la feria de Sevilla ha sido todo un exitazo. Aquí en Alcalá, el domingo hemos repartido 400 muñecas".

La chochona es mofletuda, rechoncha y sonriente, hecha de trapo y plástico con pelos de lana amarilla, azul, rosa, roja. Y para que la gente se acerque, desde la tómbola se repite machaconamente una canción que acaban cantando todos: "Yo quiero una chochona, me gusta la chochona".

Música y ruido

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La fiesta llega cada día a su éxtasis de ruido cuando a las 20.30 se reúnen las peñas frente al Ayuntamiento para recorrer la ciudad. Delante va la charanga de Los Marchosos; detrás, bombos, tambores, silbatos, las botas de vino, lo que la voz da de sí y lo que el cuerpo aguanta. Pero mucha gente vestida de domingo se queda tranquilamente sentada en una de las terrazas de la plaza de Cervantes, al frescor de una horchata. "La gente tenía que participar más con nosotros", dicen dos chicos vestidos de rojo y blanco de la peña Los Pencos.

Y a las diez menos algún minuto de la noche, una larga cola de gente rodea el palacio arzo bispal o la plaza de toros para presenciar las actuaciones musicales programadas. para estas fiestas -Serrat, La Trinca, Miguel Bosé, Paloma San Basilio- "Este año los jóvenes lo llevamos de culo con los cantantes. Yo no sé lo que han hecho, pero sólo han traído música para matrimonios", cuentan indignados Los Gremlins, la peña de más reciente creación. "Menos mal que traen a Miguel Bosé, que si no...", dicen tres chicas de unos 15 años que esperan a la puerta de una discoteca.

"Oiga usted", explica un alcalaíno de toda la vida, "lo que sí ha cambiado mucho es la gente que va a los toros. Antes venían los ricachones de Madrid con su coche Mercedes. Ahora se llena la plaza sobre todo con peñas y jubilados, con gente de aquí". Para la peña El Pito, 87 componentes todos con silbato, lo que le faltan a las fiestas son más encierros, porque "es lo más chachi y sólo hay dos". Oiga usted, hay también en Alcalá subida al monte Gurugú en moto, carreras de patos y de ranas, concurso nacional de recortadores -esos que tienen que colocar anillas con cintas en los cuernos de las vaquillas-, Antología de la Zarzuela y dianas floreadas, con un presupuesto global de 36 millones de pesetas.

Todo empezó el viernes pasado con el pregón de la Bombi -Fedra Lorente- y durará hasta el domingo.

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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