Los pronósticos en la cámara, por el calor
El temor a que las realizaciones de beneficios del pasado martes fuesen tan solo un primer paso de la inversión a corto plazo se ha visto confirmado por la aparición ayer de nuevas partidas vendedoras ya desde los primeros momentos de la sesión. La coincidencia de este hecho con el avance de la evolución del índice de precios al consumo durante el mes de julio y del mantenimiento de los tipos de interés en la última subasta de préstamos de regulación monetaria realizada en el Banco de España, viene a poner algunas interrogantes ante las expectativas de un descenso de los tipos de interés.Una tasa de inflación acumulada durante los últimos 12 meses superior al 9%, haría casi imposible una reducción del precio del dinero y, lo que es más importante en estos momentos, pondría en entredicho las expectativas de los mercados de valores. Ante esta situación, alcanzar la cota del 200% en el mercado madrileño aparece como una utopía tan cercana como inalcanzable, aunque la última palabra queda a cargo de un mercado cuya capacidad de reacción se ha puesto de manifiesto en otras ocasiones.
Los tanteos vendedores el martes pasado han dado paso a una abierta opción vendedora, con lo que parece que las primeras partidas vendedoras tenían la misión de sondear el mercado para calcular hasta dónde se le podría presionar después. Prácticamente todos los sectores han sufrido el acoso del papel y las bajas han sido numerosas, lo que ha llevado a los índices generales de los cuatro mercados a registrar descensos entre el 1,98 que pierde Valencia y los 2,80 que cede Barcelona, perdiendo esta Bolsa el nivel del 200% y abandonando Bilbao su cota máxima que queda fijada en el 222,96%. Madrid queda a más de siete puntos de la que parecía ser su meta, y Valencia se sitúa por debajo del 190%.
Toda la atención estaba centrada en el sector bancario, pues la resistencia que mostró en la sesión precedente parecía prometer, al menos, una situación más interesante que la que se dio en la realidad.
Con la excepción del Vizcaya, los siete grandes acumularon casi 200.000 títulos a la venta como saldo, registrando bajas entre uno y 40 enteros y tan solo dos repeticiones, la del Vizcaya y la del Bilbao, valores que parecen mejor dispuestos de cara al futuro. Un dato importante es que el volumen del negocio apenas ha descendido en este grupo, pues se ejecutaron 381.000 títulos, 7.000 menos que en la sesión anterior. Ésto indica que, si bien el papel ha salido con fuerza también en este grupo, el dinero mantiene algunas expectativas y está dispuesto a correr riesgos.
Esta situación se repitió al cierre de la sesión, aunque con un carácter mucho más selectivo al surgir alguna demanda para valores de primera fila de diversos sectores. Como es lógico, habrá que esperar a esta mañana para ver si ese dinero sigue presente en los corros y consigue frenar el descenso de los precios. El resumen final podría ser que prácticamente nada ha cambiado de un día para otro, pues en estas dos últimas sesiones se ha dado un cierre en el que predominaban las dudas y en el que todo ha quedado pendiente para la jornada siguiente.
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