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Madrid sera escenano durante este año de 14 peliculas y 32 documentales

Catorce largometrajes, 32 documentales y cientos de anuncios tienen a Madrid como escenario durante 1986. La Concejalía de Circulación y Transportes del Ayuntamiento recibe unas 100 peticiones cada año para la realización de reportajes fotográficos y anuncios publicitarios. Las autoridades municipales cobran alrededor de 25.000 pesetas diarias por la concesión del correspondiente permiso para rodar. La principal condición que los cineastas tienen que salvar para obtener el permiso es no molestar a los peatones ni al tráfico rodado.Las zonas de la capital preferidas por los realizadores son las pertenecientes al Madrid céntrico y al casco antiguo: la desordenada estructura de las calles estrechas del Madrid de los Austrias, la plaza Mayor y la plaza de Oriente. Buenas aliadas de la fotografia cinematográfica son también las zonas verdes urbanas y los monumentos fácilmente identificables con Madrid: el parque del Retiro o la Casa de Campo, en el primer caso, y la Puerta de Alcalá, en el segundo.

Dentro de las películas filmadas durante este año y que tienen escenarios madrileños en sus imágenes están las nuevas creaciones de José Sacristán, Cara de acelga; Pedro Almodóvar, La ley del deseo; y Eloy de la Iglesia, La estanquera de Vallecas. Las tres cuentan con subvención del Ministerio de Cultura. Asimismo, tienen subvención estatal y serán rodadas en Madrid: Terroristas, de Antonio Gonzalo; Trío, de Andrés Linares; El hermano bastardo de Dios, de Benito Rabal (hijo del actor Francisco Rabal), que es una adaptación de la novela de José Luis Coll; Tata mía, de José Luis Borau; Calé, de Carlos Serrano; El año de las luces, de Fernando Trueba, y Hay que deshacer la casa, de José Luis García-Sánchez, sobre el texto teatral de Sebastián Junyent.

Las cámaras que darán forma a Régimen abierto, Cómicos ambulantes, La siesta y El año en que murió Franco también reflejarán aspectos del paisaje urbano madrileño. Por otro lado, entre los trabajos para la televisión se incluyen dos reportajes de la BBC sobre la ciudad y tres documentales sobre museos madrileños.

No molestar

La tarifa que cobra el Ayuntamiento por la concesión del correspondiente permiso para el rodaje oscila alrededor de las 25.000 pesetas diarias. Las condiciones puestas a las productoras consisten en no interrumpir el tráfico rodado -salvo permisos especiales para determinados rodajes- y en no molestar a los peatones.

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En 1986 no se ha rodado en Madrid ninguna secuencia peligrosa o aparatosa -persecuciones de vehículos o tiroteos simulados, por ejemplo- que hayan obligado a estos permisos especiales. La mayoría de las filmaciones se desarrolla en las aceras o lugares donde el tráfico es bastante escaso.

La concejalía de Circulación recibe anualmente una media de cien peticiones para realizar reportajes fotográficos y anuncios publicitarios tomando Madrid como punto de referencia.

Tres directores madrileños, Fernando Trueba, Emilio Martínez Lazaro y Julio Sánchez Valdes, confesaban en unas declaraciones concedidas a este periódico el pasado año que ruedan en Madrid porque tiene la virtud de la necesidad: en Madrid es más barato. Aunque sólo sea porque es más económica, la ciudad ha terminado por parecer un extra más en películas de todos los generos.

Madrid ha servido de escenario a directores tan dispares como Luis G. Berlanga, en Patrimonio Nacional; Marco Ferreri, en El Pisito; Carlos S aura, en Deprisa, deprisa; Frederie Rossiff, en Morir en Madrid; Pedro Almodávar, en ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, y Joseph L. Mankievicz, en La condesa descalza, entre otros.

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