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CIENCIA

Éxito en el lanzamiento del primer cohete japonés

Japón dio el miércoles un paso importante en su programa espacial al lanzar con éxito un cohete H-1 -de fabricación casi totalmente nipona-, que puso en órbita dos satélites de comunicaciones. El cohete H-1 presenta la novedad de contar, en su segunda fase, con un motor de oxígeno e hidrógeno líquidos y un nuevo sistema de dirección inercial, ambos de fabricación japonesa.

Con 13 días de retraso sobre el calendario previsto, el H-1 fue lanzado en la madrugada del miércoles desde la base de la isla de Tanegashima, situada en el sur del archipiélago.El cohete situó, 54 minutos después, dos pequeños satélites de comunicaciones en una órbita circular definitiva a 1.500 kilómetros de altura.

El éxito de la operación fue recibido con una salva de aplausos por los técnicos, y con declaraciones triunfalistas por los directivos de la Agencia Nacional de Desarrollo Espacial de Japón (Nasda).

"El mundo entero debe tomar nota de que Japón haya conseguido desarrollar este nuevo motor", afirmó Shigemichi Sonoyama, vicepresidente ejecutivo de la agencia espacial japonesa.

"Puede llegar el día en que exportemos este cohete", señaló bromeando Yukihito Takenaka, otro dirigente de la agencia espacial japonesa.

Aunque Japón ha cubierto una etapa importante con la puesta en marcha de este motor espacial, no tendrá capacidad para competir en el mercado internacional de satélites comerciales hasta 1994, fecha en que está previsto que entre en funcionamiento el cohete H-2, que tendrá un potencia equivalente a la del lanzador europeo Ariane IV.

35 satélites

Desde 1970, Japón ha puesto en órbita más de 35 satélites científicos o comerciales, pero el programa espacial nipón descansaba hasta el momento sobre tecnología norteamericana.El lanzador anterior -el N-2- era una copia, construida con licencia, del cohete norteamericano Delta 2914.

El H-1, lanzado por primera vez el pasado miércoles, es en un 80% de diseño japonés y en un 20% -la primera fase del cohete- de concepción norteamericana derivada del cohete Delta. Japón tiene previsto realizar otros siete H-1 en los próximos cinco años antes de lanzar el H-2, de diseño plenamente nipón.

La agencia espacial japonesa gastó más de 1.000 millones de dólares (más de 134.000 millones de pesetas) en el desarrollo del H-1, que puede poner en órbita una carga útil de 550 kilogramos. El lanzador tiene unas dimensiones de 40 metros de largo y 2,4 de diámetro.

El H-2 contará con motores en sus dos fases -el motor 1-5, ensayado con éxito en la segunda fase del H-1, y el 1-7 para la primera fase-, y podrá poner en órbita una carga útil de 2.000 kilogramos.

Los motores son fabricados por la compañía Mitsubishi; y el sistema de dirección inercial, por el grupo Nec.

Con el lanzamiento del H-1, la agencia espacial japonesa pone en órbita su tercera generación de lanzadores.

A la primera pertenecían los N-1, lanzados en 1975; y a la segunda, los N-2, cuyo primer lanzamiento fue en 1981. La puesta en marcha de un programa espacial respondió al deseo del Gobierno japonés de reducir progresivamente su dependencia de la tecnología y los materiales de Estados Unidos.

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