Buena nota del Atlético de Miera en su primer examen
El Atlético repitió su triunfo del año pasado en el Teresa Herrera sobre el Madrid. El equipo de Vicente Miera puso en práctica ayer un mejor sistem'a de juego y mayor coordinación y velocidad en sus acciones que el de Leo Beenhakker. Miera pasó así con buena nota su primer examen, que debe servirle, además, para vacunarse ante la suspicaz hinchada atlética de su supuesta enfermedad de madridismo. Y Beenhakker tiene tiempo aún para presentar a examen a su equipo antes del inicio de la Liga. El árbitro estuvo a punto de deslucir el partido con su lamentable actuación.El Atlético tuvo motivos suficientes como para retirarse al descanso seriamente disgustado. Había ofrecido una buena imagen, imponiendo con claridad su mejor sistema de juego y suyas fueron las mejores ocasiones de estos 45 minutos iniciales. Pero, fundamentalmente, los rojiblancos- se marcharon a vestuarios con el objetivo de descargar la adrenalina que habían acumulado por la pésima actuación de un árbitro mediocre.
Calvo Córdoba mostró desde el primer minuto una especial habilidad para señalar fueras de juego donde no existían -uno a Da Silva y otro a Hugo- y para dejar a Butragueño en el momento decisivo de su arrancada en posición ¡legal en el gol madridista. Pero ya a los cinco minutos había exhibido, además, su ceguera en el claro derribo de Gallego a Salinas dentro del área.
La superioridad del Atlético durante todo el partido se fundamento en el espléndido planteamiento adoptado por Miera Él ex segundo de Miguel Muñoz en la selección nacional situó a sus cuatro defensas en zona con Landáburu por delante de los centrales, muy pegado a ellos. Luego, dispuso una línea de tres en la media, con Julio Prieto, Setién y Marina, y dejó arriba libertad de permutas para Salinas y Da Silva. Y el Madrid nunca supo hallar la fórmula idónea para contrarrestar el mejor sistema táctico de su rival, que utilizó, además, con sorprendente velocidad.
Trabajo para Beenhakker
Y no lo encontró por varios factores, de los que cabe suponer, Leo Beenhakker puede tomar nota. Por ejemplo, al obligar a Chendo y Mino a perseguir individualmente a Da Silva y Salinas, Camacho quedaba bloqueado en la izquierda, desplazado de la función de marcaje que mejor sabe realizar y emparejado a distancia en la media con Julio Prieto. Con ello, Martín Vázquez, encargado de penetrar desde atrás por la izquierda, se vio obligado a irse al centro tanto porque su demarcación la suplantaba físicamente la presencia de Camacho, como para comenzar a tapar la fluidez entre Landáburu y Setién. El centro del campo de Beenhakker, con Michel de cerebro apagado como eje del juego blanco y muy lejos de sí mismo, estuvo también descompensado siempre por la derecha. Por allí Beenhakker puso a Solana, un buen marcador, que si bien cumplió el objetivo de frenar en parte a Marina y al lateral Quique, no ofreció nunca posibilidades de desborde ofensivo por su banda.
El Atlético supo dar la vuelta al partido, manteniendo la fe en su estrategia. Incluso llegó a ganarse el apoyo del madridista público de Riazor, que entendió la superioridad rojiblanca que tuvo reflejo en sus tres goles. Del Madrid sólo pudo esperarse al final el eterno recurso de Santillana que, como siempre, marcó aunque su gol fue anulado por claro fuera de juego.
Leo Beenhakker, al final del encuentro, no se mostró especialmente disgustado por la derrota y, tras reconocer el mejor juego del rival, indicó: "Sé las virtudes que tenemos y las cosas que aún nos faltan". En cuanto a Miera, muy satisfecho por el buen juego de su equipo, y en su línea de seriedad habitual, recalcó que lo importante viene ahora. "Se trata de mantener esta línea y mejorarla", concluyó.
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