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Representantes del Gobierno vasco intentaron impedir que Txomin Iturbe fuera expulsado de Francia

Aurora Intxausti

Representantes oficiosos del Gobierno vasco intentaron en vísperas de la expulsión de Txomin Iturbe a Gabón que el presunto máximo dirigente de ETA Militar -considerado, en diversos medios como uno de los etarras proclive al diálogo- no abandonara Francia, según han señalado dirigentes políticos vascos de diversas tendencias. Con el fracaso de esos intentos, que incluyeron contactos entre los Ejecutivos central y vasco, se inicio una polémica entre el Gobierno socialista y dirigentes nacionalistas sobre la oportunidad de esa y otras medidas similares. "ETA está dispuesta a dialogar, y Madrid, no", afirmaba ayer en el diario Deia el presidente del PNV, Xabier Arzalluz.

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En medios nacionalistas vascos se consideró desde un primer momento que la expulsión de Iturbe sería un error, ya que el presunto máximo dirigente de ETA Militar era considerado en dichos medios como la persona que podía protagonizar los intentos de diálogo y negociación preconizados por diversos partidos vascos. Por ello, autoridades del Gobierno autónomo, entre ellas, un alto cargo de la consejería del Interior. mantuvieron contactos con representantes del Ministerio del Interior para saber si existían posibilidades de impedir la expulsión.Altos cargos del Partido Nacionalista Vasco (PNV) siguieron con atención las gestiones que, entre los medios más próximos a Iturbe, se realizaban ante el, Gobierno francés para evitar la expulsión. Días antes de realizarse ésta, la Administración francesa llegó a recibir el mensaje dirigido desde esos mismos medios de que la salida de Iturbe podía poner en peligro un futuro intento de negociación con ETA.

Los intentos realizados por el Gobierno de José Antonio Ardanza y los mensajes cruzados entre el Gobierno central y el autónomo no obtuvieron los resultados esperados por éste, y Domingo Iturbe partió a Gabón.

La Administración francesa decidió la expulsión de Iturbe cuando éste ya había cumplido las penas dictadas por el tribunal de Bayona por los delitos de tenencia ilícita de armas y violación de una orden de confinamiento. La decisión fue comunicada con anterioridad al Gobierno español, y éste la transmitió al Ejecutivo vasco. En la última conversación que mantuvieron en Madrid los presidentes de los Ejecutivos central y vasco, éstos decidieron intercambiarse información sobre los hechos.

La definitiva expulsión de Iturbe a Gabón provocó sorpresa y malestar en el Gabinete de Ardanza, quien en los últimos meses se había expresado a favor del diálogo a corto y medio plazo. Las reacciones más airadas se registraron entre los dirigentes de la izquierda abertzale, quienes días antes se habían mostrado convencidos de que Iturbe no sería expulsado del territorio francés.

Una semana después de estos acontecimientos, la anunciada cooperación entre los Gobiernos español y francés se materializó en la repatriación, por vía administrativa de urgencia, de presuntos miembros de ETA a los que aplicaron una ley de extranjería de 1945. El pasado 19 de julio se llevó a cabo la primera de las expulsiones: la del presunto miembro de ETA José Manuel Varona López. Con escasos intervalos de tiempo, fueron puestos en la frontera española Juan Ramón Nafarrete, José Luis Artola, José Ramón Ruiz de Gauna y KoIdo Dobaran. Las expulsiones, acogidas favorablemente por el Gobierno central, también fueron criticadas por el Ejecutivo autónomo.

La pasada semana el lendakari Ardanza aseguró que, "con medidas como las expulsiones, no se va a llegar a resolver el problema vasco". En una declaración pública del Gobierno central difundida el pasado viernes, se destaca la "sorpresa" del Ejecutivo socialista por la actitud del Gobierno vasco y se recuerda que los nacionalistas también criticaron en su día las extradiciones de etarras a España.

El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, en un artículo publicado, ayer en el diario Deia, afirma que, con respecto a esta polémica, se: está produciendo un "diálogo de sordos". Asegura que "lo que subyace es el hecho de que ETA está dispuesta a dialogar. Y Madrid no". En opinión de Arzalluz, "se han dejado pasar importantes oportunidades de diálogo que tal vez no vuelvan a presentarse".

"No pintamos nada"

En el mismo artículo, el presidente del PNV alude a una falta de colaboración entre los Gobiernos central y vasco: "Cada vez más acusadamente, en materia de ETA no pintamos nada, no se nos escucha, no se nos responde". Según Arzalluz, este hecho no sólo es extensible al nacionalismo y al Gobierno vasco y, en este sentido, hace referencia a la homilía pronunciada el pasado viernes por el obispo de San Sebastián, José María Setién, en la basílica de Loyola, con la presencia de Ardanza: `Ya es hora", dijo Setién, "de que quienes tienen en sus manos el poder sea cual sea éste, busquen la manera de hacer la paz pagando el precio que haya que pagar por la vía del entendimiento y el diálogo".

José Antonio Maturana, secretario general de los socialistas guipuzcoanos, declaró ayer a Efe en respuesta al artículo de Arzalluz: "Que el PNV se aclare y diga Si quiere o no negociar con ETA". Maturana recordó que Ardanza se manifestó hace unos meses contrario a mantener una negociación política con ETA.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Periodista. Trabajó en EL PAÍS entre 1985 y 2021, tanto en la redacción de el País Vasco como en Madrid. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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