El joven que sufrió un simulacro de fusilamiento no guarda rencor a los guardias, pero teme una venganza

Antonio García Lucena, el joven de 18 años que sufrió un simulacro de fusilamiento por parte de seis agentes de la Guardia Urbana de l'Hospitalet, manifestó ayer en declaraciones a este diario que no tiene nada en contra de ninguno de los guardias y no les guarda ningún rencor. "Yo creía que todo estaba olvidado. Han sido ellos los que comentaron lo que pasó y ahora se están echando tierra encima". "En el momento en que me dijeron que me iban a fusilar sólo pensé en mis padres, en mi novia y en los problemas familiares que ella iba a tener. No me creía lo que estaba pasando", dijo.

García Lucena sostuvo que jamás había tenido ningún enfrentamiento verbal o físico con estos agentes pero, nervioso, confesó: "Ahora tengo el pensamiento y el miedo de que se venguen, a pesar de que el alcalde me dice que no". El Ayuntamiento de l'Hospitalet decidió el lunes suspender de empleo y sueldo a los seis municipales que intervinieron en los hechos y ha abierto un expediente contra ellos y un cabo.Antonio García explicó que fue sorprendido por una patrulla municipal cuando acababa de robar. "Me detuvieron, les llevé al sitio por donde entré y les expliqué cómo lo hice. Nunca pensé en escaparme ni insulté a ninguno. Después de ir a la fábrica donde había robado, los dos guardias con barba que me detuvieron empezaron a decirme que me iban a fusilar", añadió.

"Yo pensaba que era una broma, pero me subieron al coche y nos fuimos. Luego me obligaron a ponerme de cara a una pared que hay enfrente de la fábrica Yamaha y empezaron las amenazas de muerte", continuó relatando. "El guardia más joven de todos me tiró un petardo a los pies y me caí". El joven dijo que en el momento de producirse el simulacro se encontraban allí tres coches patrullas "y por lo menos cinco urbanos estaban fuera de los vehículos".

Los dos únicos agentes que tienen barba, de los seis que participaron en los hechos, son Rafael Tinoco Bollit y Antonio Ontiveros Fernández, mientras que Manuel Somoza Varela era el más joven de los presentes. "A éste me parece que le gustan mucho los petardos", añadió Antonio García en tono irónico.

El joven repetía constantemente: "Yo no expliqué nada de lo sucedido a nadie porque me lo tomé como una broma pesada". Y afirmó que no ha presentado ni piensa presentar ninguna denuncia contra los seis policías municipales.

Antonio García insistió reiteradamente en que va a empezar a hacer una nueva vida. "Estoy apoyado al máximo por mí familia y por mi novia, y estoy yendo a un centro de desintoxicación para desengancharme de la heroína".

El joven, habitante del barrio de Bellvitge, señaló: "Si no les pasara nada a ninguno de los seis guardias, mejor. Pero si les pasa es porque se lo han buscado. Vete a saber si entre ellos no hay alguna buena persona que va acabar pagando por todos", añadió. Y les rogó que "si son personas, lo mejor sería que dijeran la verdad y explicaran todo lo que pasó".

Respecto a la decisión adoptada por el Ayuntamiento de l'Hospitalet de suspender de enipleo y sueldo a los seis agentes implicados, Antonio comentó:"Los políticos están cumpliendo con su deber, porque me parece que alguno de estos guardias ya ha hecho más de una jugada". [El 95% de los miembros de la Guardia Urbana ha pedido la retirada de estas sanciones, informa Europa Press].

Antonio García sólo le pide al futuro "que todo esto acabe cuanto antes". "¡Ojalá que nunca hubiera venido a vivir a Bellvitge o a l'Hospitalet!. Ahora sólo quiero encontrar un curro. Si me dijeran mañana de entrar en la Guardia Urbana, no me importaría. Sólo me limitaría a hacer mi trabajo".