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Entrevista:

General Noriega: "Ningún militar panameño es Marcos o Duvalier"

"Se habla de fraude electoral por los que perdieron" - "Afirmo que hay un intento para que no se cumpla la entrega del canal a Panamá"

ENVIADO ESPECIAL El general Noriega recibió a un enviado especial de EL PAÍS en su despacho del cuartel general de Panamá. Estuvo rodeado, durante la hora de entrevista, de cinco coroneles y no rehusó responder a ninguna de las preguntas que se le formularon.

Pregunta. General, parece que usted ha perdido la confianza de Washington.

Respuesta. [Tras 18 segundos de silencio.] Yo quisiera que tú ampliaras eso, porque así es una pregunta muy...

P. La tesis que hay en Estados Unidos, generalmente, es no meternos con uno de los nuestros, haga lo que haga, si, nos beneficia. Ahora, de repente, sale esa andanada en The New York Times y los ataques en el Senado de Helms. ¿Quiere decir esto que usted ha dejado de ser un hombre de confianza?

R. Mi condición de panameño, de miembro de las fuerzas armadas de la República de Panamá, me obligan a responder a los intereses de mi país, a la Constitución de mi nación y a los planes cívicos de mi Gobierno. En esos parámetros de trabajo se centra este comandante, todos los miembros de las fuerzas armadas y todos los miembros del Gabinete presidido por el presidente Del Valle.

P. ¿Cree usted que detrás de todo esto [los ataques en Estados Unidos] hay un intento de desestabilizar Panamá?

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R. Hay dos cosas: las manifestaciones oficiales que se han hecho a través de los representantes nuestros de la cancillería y las conversaciones oficiales que han tenido los representantes de Panamá con miembros del Gobierno del presidente Reagan. Ellos manifiestan, y eso lo subrayo porque son manifestaciones de la cancillería panameña, que no hay intento ni interés del Gobierno del presidente Reagan de afectar a la República de Panamá. Ésta es la versión oficial. Nosotros, los panameños, sentimos que existen y han aparecido los mismos enemigos de siempre, que le quieren negar a Panamá el derecho de tener su libre determinación en su propio territorio soberano que es la franja del canal, que está enclavada geográficamente en nuestro territorio.

P. Entonces, ¿cree usted que hay un intento para evitar que se cumpla la entrega del canal a Panamá en el año 2000?

R. Lo afirmo. Tenemos los elementos de juicio suficientes de que la conjura y, la injuria que se ha recibido, y que no ha sido contra el comandante de las fuerzas armadas, sino contra un destino de la República de Panamá. Esa conjura está en los mismos intereses del grupo que se opuso a la firma de los tratados desde el año 1970. Ese mismo grupo político, social y económico existe y perdura en Estados Unidos y se enfrentará y atacará cualquier manifestación nacionalista y la autodeterminación soberana de la República panameña.

Habla Washington

P. ¿El grupo este llega hasta el Despacho Oval [el presidencial] de la Casa Blanca?

R. No podríamos decirlo, porque sería ir contra una política y manifestaciones de la Casa Blanca que dice: que ellos no tienen interés en desestabilizar la República de Panamá, que ellos no tienen interés en no entregar el canal en su fecha de vencimiento, que ellos no tienen interés en afectar las relaciones con Panamá. Nosotros tenemos que aceptar que esas frases son válidas y buenas, puesto que proceden de un Gobierno amigo. Tenemos que ubicar a los enemigos en esos grupos ultramontanos que consideraron siempre que el área esa donde operaba la fuerza extranjera era un territorio que podría considerarse como una Argelia para los franceses.

P. Este intento directo contra su persona induce a pensar quizá que Estados Unidos tiene una solución de recambio.

R. No se puede hablar de una manera generalizada de la nación norteamericana. La sociedad norteamericana tiene grupos políticos de actitudes conservadoras, y a ésos nos referimos nosotros. A los que, sin conocer la historia de Panamá, pretenden que esa franja del canal siempre fue o perteneció a su territorio. A ésos nos referimos, y no al Gobierno como Gobierno mismo.

P. ¿Está usted seguro de las fuerzas armadas de Panamá?, ¿de la nueva generación que estará en la cúspide en el año 2000. ¿O piensa usted llegar al año 2000 en el puesto?

R. [Se ríe.] Cuando los estudiantes panameños luchaban en 1964, en 1945, en 1938, y cuando el presidente José Antonio Remón dijo: "Ni millones ni limosnas; queremos justicia", él no estaba pensando que iba a ser perpetuo para llegar a 1999, cuando se vencía el tratado. Cuando Torrijos hace el movimiento, él tampoco pensé que viviría hasta el año 2000. Esta lucha es bueno que la conozcan en el extranjero y sepan que no es de este año ni del pasado. Esta lucha comenzó el año siguiente de la firma del tratado [en 1903]. Desde ese momento se comienza a pelear por quitar el enclave colonial en la República de Panamá. Por eso nadie es dueño de esta lucha. Nadie puede arrogarse como panameño el patrimonio de ser el cerebro ni el único valiente de esta empresa, que es una lucha generacional. Por consiguiente, los comandantes del año 2000, la juventud del año 2000, serán los testigos y los herederos de lo que se haga o no se haga en este momento, en 1986.

P. ¿Y si la oposición llegase al poder? ¿O esto está excluido aquí, en Panamá?

R. Bueno, aquí hay una situación que no admite ninguna duda. El pueblo panameño, sin distingos políticos, no admite nada, absolutamente nada, que no sea consuno con sus intereses nacionalistas. Éste es un pueblo sumamente nacionalista, sin ser chovinista, sin ser irrespetuoso ni ser alineado a otras potencias de izquierda o de derecha. Éste es un pueblo que sabe y ha sufrido lo que es tener un enclave colonial en el corazón mismo de su territorio, en la mitad de su territorio. Este pueblo sabe lo que es tener una policía extranjera arrestando a sus propios connacionales. Este pueblo sabe lo que es ser juzgado por tribunales extranjeros, con penas que pertenecen a otros Estados y a otras leyes que no son las panameñas. Por eso este pueblo nunca renunciará a su conquista y a su derecho a ser soberano.

P. ¿Aunque gane la oposición?

R. Aunque gane la oposición.

P. Usted le concede a la oposición panameña el mismo sentido nacionalista que tiene usted.

R. Yo le concedo ese sentido nacionalista al pueblo, que será el que impedirá que sus gobernantes, sea quien sea el gobernante, dirijan una acción contra la recuperación de su territorio.

P. Parece que aquí es difícil que la oposición llegue al poder.

R. Bueno, el pueblo es el que decide y el pueblo sabrá por qué no los deja llegar.

P. ¿Decidió el pueblo en las últimas elecciones?

R. El pueblo decidió en las últimas elecciones.

P. Usted sabe que se habla de fraude.

R. Bueno, se habla de fraude por los que perdieron. El jugador perdedor es el que rompe la baraja.

Jubilación

P. Su posición personal, su puesto al frente de las fuerzas armadas, ¿qué duración tiene? ¿Es hasta su jubilación, está prevista su sustitución, se va a ir usted?

R. Nosotros, como tienen todas las fuerzas armadas del mundo, tenemos nuestros reglamentos internos y la permanencia y el término de nuestra misión está sujeta a los mismos reglamentos internos.

P. Es decir, que usted dejaría este puesto cuando le llegue la jubilación.

R. Cuando el reglamento interno lo indique.

P. ¿Le preocupan casos como el de Marcos o Duvalier, que pudieran tener ciertos paralelismos aquí en Panamá?

R. Ni Panamá es Filipinas, ni menos Haití. Aquí, ninguno de los miembros de las fuerzas armadas nuestras es ni Marcos ni Jean-Claude.

P. Pero el modelo para desembarazarse de un aliado [de Estados Unidos], ¿piensa que podría crear escuela?

R. Los grupos de oposición, que son los que pagan el cabildeo en Estados Unidos, que hacen el montaje periodístico allá, lo unen al país y le dan la vuelta con otros periódicos, redactan la noticia fuera y la revientan en Panamá. Ellos han vendido a su lobby que se trate de medir a Panamá por este parámetro, pero definitivamente no hay paralelismo, no hay similitud. Filipinas es un sistema lejano a lo que es Panamá y Haití es sideralmente opuesto en los aspectos políticos, en los militares y profesionales.

Nosotros tenemos una fuerza militar que es cívica, progresista, desarrollista, que trabaja con su Gobierno central en bien de las poblaciones. No es una fuerza militar qué está acantonada o desarrollada. para combatir guerrillas dentro (le su territorio. Por eso invalidamos la comparación con Manila o Puerto Príncipe.

(El coronel Roberto Díaz Herrera, jefe de Estado D4ayor y segundo hombre: en la jerarquía militar, intervino entonces para decir que "la prueba más fehaciente de que éste: no es el modelo de Manila o de Haití es que, aunque alguna gente cabildeando en Washington quisiera hacer creer esta tesis a algunos die estos grupos ultraconservadores, hacen todo un esfuerzo de oposición, llevando al líder máximo de la oposición [el anciano ex presidente Arnulfo Arias], visceralmente antimilitarista, el doctor Arias, ya octogenario, y no logran llevar sino mil.personas en el esfuerzo mayor de oposición en la calle".)

P. Una de las cosas que salió a relucir en esté complejo de acusaciones contra usted es que en el año 1972 se consideró en Estados Unidos la posibilidad de asesinarle. ¿Qué seriedad le merece esto?

R. Eso lo dice el periódico [The New York Times] con todo el andamiaje, sin ninguna prueba. Por aquellas flechas, en las mismas publicaciones se veía que al que iban a inmovilizar era al general Torrijos, que era el jefe de Gobierno de aquel tiempo. La inmovilización está de acuerdo a la posición del comandante o dirigente de turno.

Torrijos y Noriega

P. Se ha publicado que Torrijos había advertido a Estados Unidos que usted era un hombre muy peligroso.

R. Eso es totalmente.,.., para no utilizar una mala palabra, es una cosa absurda, que no tiene pies ni cabeza.

P. ¿Se: considera usted un fiel intérprete de la doctrina de Torrijos?

R. Nosotros, los que estamos en el comando de las fuerzas de defensa, no sólo nos consideramos, sino que somos los que interpretamos verdaderamente a Torrijos, porque fuimos los que estuvimos más cerca, con Torrijos, en su estrategia y sus conceptos. Por eso estamos aquí.

P. ¿Qué opina usted de la ayuda de 100 millones de dólares a la contra?

R. [Vacila levemente.] Es una reacción de Estados Unidos ante un análisis de su geopolítica. [Ríe.]

P. ¿Tiene usted miedo a provocar a Reagan?

R. No, no tengo miedo a provocar a nadie. Sencillamente, yo..., nosotros tenemos nuestro propio concepto y el respeto de: las posturas es directamente proporcional a las expresiones que tú votes. Es como si yo dijera que por qué los españoles no han sacado a los gringos de allí, de las bases.

"Aquí, las fuerzas armadas conducen la decisión popular"

J. C. El médico Hugo Spadafora fue viceministro en el Gobierno de Torrijos. Tras una larga peripecia personal se sumó a la guerrilla antisandinista de Edén Pastora. Spadafora fue capturado por las fuerzas armadas de Panamá el pasado 13 de septiembre, y el 16 apareció muerto en Costa Rica, decapitado y envuelto en un saco del correo norteamericano. Noriega ha sido implicado por medios informativos estadounidenses en el asesinato del médico disidente.

Pregunta. A usted le vinculan como inductor del asesinato de Spadafora. ¿Cuál es su versión de lo ocurrido?

Respuesta. La investigación fue dirigida por los tribunales de la República de Panamá, que constituyen uno de los tres poderes del Estado. La oposición aprovecha una situación y comienza, a través de periódicos, a hacer un tribunal de justicia. Cuando los periódicos se constituyen en tribunales de justicia se corre el riesgo de que la justicia desaparezca.

Si nosotros vamos directamente al hecho en sí, al hecho de la sangre, vemos que a las fuerzas de defensa de la República de Panamá no les convenía esa muerte, y menos si nosotros estamos ante unas fuerzas de defensa profesionales. Las características mismas del hecho indican que ese tipo de errores no lo cometen fuerzas profesionales. Ese tipo de errores pertenece a una característica psicológica o sociológica de otros individuos de América Central, de otras personas que se pueden mover en grupos humanos que dejan una especie de mensaje con vendettas. Nosotros rechazamos totalmente las acusaciones porque nosotros hemos sido los afectados con esa muerte, solamente nosotros.

P. Usted fue jefe del G-2, el servicio secreto de Panamá, durante bastante tiempo. ¿Sus servicios secretos son incapaces de descubrir lo ocurrido?

R. Yo no lo vería así, porque la muerte no fue en Panamá. La muerte fue en Costa Rica. Nosotros podemos tener, y tenemos, nuestra propia investigación, pero no nos correspondería jurisdiccional y legalmente esa investigación.

'Agente doble'

P. Otra de las acusaciones que se le han hecho es que usted es práciticamente una especie de agente doble, que trabajaba para Cuba y para Estados Unidos, que permitía actuar libremente a Estados Unidos en Panamá y luego pasaba informaciones a Cuba. R. Si esto fuera así tendríamos que todos los funcionarios de los países que tienen relaciones son dobles agentes; Estados Unidos tiene relaciones con los rusos, con China. ¿Qué secretos puede entregar Estados Unidos a la República de Panamá? ¿Qué secretos puede entregarle Cuba a la República de Panamá? No hay ninguna lógica. Eso es más bien una burla hacia Estados Unidos y sus funcionarios de los servicios de seguridad.

P. ¿Y la venta de tecnología a Cuba? Una vez por semana al menos un avión de carga, de Cubana de Aviación aterriza en Panamá y va a Cuba.

R. Sí, aquí existe una línea aérea cubana. La venta de tecnología pertenece a Estados Unidos. La Kodak es de EE.UU, la IBM también, la General Electric. Toda esa tecnología que pudiera ser obtenida por Cuba no es de Panamá, que no tiene fábricas tecnológicas. Esa compra se hace con conocimiento y con libros. ¿Dónde están los libros de esas compañías? Los investigadores de esas mismas compañías son norteamericanos, no son panameños. Por consiguiente, eso también se cae totalmente por su peso. Si la Kodak le vende todo su equipo fotográfico a Cuba rio necesita de Panamá. Ellos deben saber a quiénes le venden y a quiénes no le venden. No somoslos panameños los que tenemos, que ser los intermediarios de esa venta. Y si fuera de esa manera, ¿por qué las autoridades norteamericanas no multan a la Kodak, a la General Electric, a todas las tecnológicas, y les prohíben esas ventas?

P. Se dice que usted se beneficia del narcotráfico.

R. Nosotros llevamos 16 años trabajando con los norteamericianos, y aquí, compendiados en 480 páginas, tenemos desde el año 1970 todos los trabajos que se han hecho. Todos los testimonios que Washington hizo alabando nuestro trabajo.

(Noriega presenta un mazo de fotocopias con reconocimiento en la Prensa y de autoridades de Estados Unidos sobre la cooperación de Panamá en la lucha contra el narcotráfico. Un funcionario paríameño, que asiste a la entrevista, interviene para señalar que en España se detuvo al presunto narcotraficante colombiano Jorge Ochoa, recientemente entregado a Colombia, gracias a las indicaciones enviadas desde Panamá.)

P. Se le acusa de haber forzado la dimisión de Nicolás Ardito Basletta. (El presidente de Panamá Barletta dimitió de su cargo en octubre de 1985 y fue sustituido por el entonces vicepresidente, Eric del Valle.)

R. La verdad de esto es que la dimisión se basa en una pérdida de su plataforma política, del respaldo político de su partido y su equipo de Gobierno y de los legisladores. Cuando ellos le quitan el respaldo lo dejan a él sin piso y sin proyecciones para poder actuar. No podía actuar si iba a tener una asamblea en contra. No podía actuar si iba a tener un equipo de Gobierno y un partido de una forma crítica, crítica sostenida. Ahí es donde nosotros ubicamos directamente la salida del presidente Barletta.

P. ¿Pero qué papel tienen las fuerzas armadas en todo esto? Yo creo que no ha habido ningún presidente desde el restablecimiento del régimen civil en Panamá que haya llegado al final de su mandato...

R. Aquí las fuerzas armadas conducen la decisión popular, conducen la decisión de la mayoría. Cuando sucede esto de Barletta, es una mayoría la que decide. Lo único que hacemos nosotros es constituirnos en el receptáculo de la decisión, el fiel de la balanza en la cual el destino y el futuro ya habían sido juzgados políticamente. A nosotros nos toca cumplir y escuchar la sentencia política que se le daba a ese presidente.

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