Educación y familia
Esta carta es para pedirle que preste más atención a las opiniones de los padres en el suplemento de Educación, introduciendo una sección de cartas donde los padres pudiéramos comentar hechos que vivimos día a día en la educación de nuestros hijos y a los que no encontramos respuesta en el mundo de la educación.Por ejemplo, en el suplemento dedicado a la separación se hablaba de cómo distintos niños se habían ido adaptando mejor o peor a esa situación según los casos. Pero no se hablaba de algo anterior, que es el modelo social de familia vigente. Mientras se siga manteniendo el matrimonio indisoluble como único y deseable modelo de familia, nuestros hijos lo van a pasar muy mal, cuando vayan viendo que ese paraíso prometido se desmorona a su alrededor cada vez más frecuentemente y que hasta les toca a ellos. ¿No sería posible en la educación sugerir otras alternativas viables también? ¿Por qué se tiene que hacer sentir desgraciado a un niño sólo por que su padre y su madre no vivan juntos? ¿Acaso le quieren menos por eso? En lugar de compadecerle, ¿no es mejor hacerle sentir que su padre y su madre han elegido otra fórmula de vida familiar? Creo que la actual distinción entre familia unida y familia separada es maniqueísta: una es el bien y otra es el mal. Si como la práctica nos enseña otras pautas familiares se están instalando, creo que debemos referirnos a ellas en un lenguaje sociológico como hechos sociales y no como deshechos sociales. El educador tiene una gran responsabilidad frente al niño si él mismo no es capaz de superar el sentimiento de castigo social hacia la separación.-
Madrid.