El Gobierno proyecta aumentar las cotizaciones para frenar la crisis de la Seguridad Social

El Gobierno tiene el proyecto de aumentar las cotizaciones a la Seguridad Social para poner freno al creciente desequilibrio financiero del sistema, según expuso ayer el secretario general de la Seguridad Social, Luis García de Bias, en el seminario Opciones fiscales de los años ochenta, que se celebra en la Universidad Internacional Meniéndez Pelayo de Santander. Como opción a medio plazo existe la intención de cambiar el sistema de cotización a la Seguridad Social, de forma que los trabajadores pasen a soportar también la parte que ahora corresponde pagar a los empresarios.

Luis García de Blas aseguró que el hacer soportar a los trabajadores la cotización de los empresarios sería sólo una "operación cosmética", que serviría para romper muchos mitos y reflejar el coste exacto de las prestaciones, pues los salarios serían previamente engrosados en ese porcentaje. Sin embargo, rehusó comentar el posible efecto sucesivo de la inflación que gravaría negativamente las rentas salariales afectadas por un porcentaje superior de deducción.

Esta opción de incrementar la recaudación que soportan los beneficiaros del sistema se enfrenta a otras propuestas teóricas que pasan por financiar la Seguridad Social mediante el IVA, el impuesto sobre la renta o incluso el de sociedades. García de Blas manifestó su escasa confianza en una solución fiscalizadora, que además tendría efectos aún más negativos sobre el fraude. En el caso del IVA, sería necesario incrementar los actuales tipos como mínimo en un 20% para obtener los recursos necesarios. Tampoco la reducción de cuotas solicitada por los empresarios parece influir sobre la creación de empleo.

Las soluciones van a buscarse en el aumento de las recaudaciones, a la vez que el Estado tendrá que seguir incrementando sus transferencias aunque en porcentajes inferiores a los de los últimos años. Actualmente la aportación estatal supone el 23,8% de los 3,5 billones de pesetas de ingresos. Los gastos, cuyas prioridades han de ser redefinidas, seguirán sin embargo creciendo en los próximos años por encima del PIB. Aún en el caso de que la reactivación sea un hecho, las desviaciones presupuestarias seguirán existiendo porque la crisis de la Seguridad Social depende no solo de la caída de la productividad y el descenso del empleo, sino también de factores demográficos como el envejecimiento de la población y la menor tasa de natalidad. En los últimos 10 años las cotizaciones de los trabajadores han descendido en cinco puntos y la inseguridad del mercado de trabajo alienta el fraude al actuar de freno a las denuncias de los asalariados. También la relación entre cotizantes y pensionistas y parados ha pasado de 3 a 1 a tan sólo de 1,8 a 1.

Poco optimismo

Si el déficitique cubre el Estado, al margen de su aportación creciente, supera ampliamente los 50.600 millones de pesetas, las perspectivas no son optimistas porque de aquí a 1993 el número de pensionistas aumentará en dos millones.

El secretario de Estado de la Seguridad Social planteó que quedan márgenes para aumentar la recaudación como el de equiparar los sistemas especiales al régimen general.

La búsqueda de nuevos ingresos pasa también por la ruptura de los actuales topes máximos, por el aumento del número de cotizantes -un 12% de los trabajadores evaden el pago- y por el gravamen de los pluses extrasalariales. El establecírniento de tasas sobre el consurno de alcohol y tabaco y sobre la prestación de servicios, posibilidad abierta por la ley de Sanidad, proporcionará mayor financiación.,

García de Blas se mostró partidiario de replantear el sistema de bonificaciones y exenciones para contratación temporal y otras, cuya eficacia sobre la creación de empleo puso en duda y que actualmente detrae ingresos por valor de 36.000 millones de pesetas.

En cuanto a la limitación de los gastos, el proyecto es profundizar las medidas ya iniciadas en pensiones de invalidez, pagos delegados e incompatibilidades.