Argentina acaricia la posibilidad de llegar a las semifinales
El de hoy será un día decisivo para la historia del baloncesto argentino. Tras su victoria en la jornada de ayer ante China, la selección suramericana, con la que nadie contaba antes de llegar a Oviedo, entra en la última jornada con la posibilidad tan dispar de ser segunda de grupo y, por tanto, de jugar la semifinal ante la URSS o penúltima y, por tanto, de aspirar, como máximo, a ser novena.El día perfecto para Argentina debería comenzar con un triunfo ante Italia y continuar con una victoria de Yugoslavia sobre Estados Unidos. El día nefasto se iniciaría con una derrota ante Italia y proseguiría con una victoria de Canadá sobre China. Hay que recordar que Argentina ganó a Italia recientemente en el trofeo de Verona, en el que Romano fue considerado como el mejor jugador.
La irresistible ascensión de Argentina ya es, junto con la ausencia de España de las semifinales, la gran sorpresa de este Mundial. Ayer, ante China, salieron a relucir sus virtudes. Es un equipo disciplinado, muy duro en defensa y con un sacrificio atacante que le permite superar la ausencia de grandes tiradores. Entre todos destaca Miguel Cortijo, el base, líder en asistencias en el Mundial y un hombre que mueve al equipo con una gran inteligencia. Debajo de los aros, Diego Maggi y Hernán Montenegro se pelean por todas y cada una de las pelotas. Entre todos componen un conjunto sacrificado y sufridor, poco brillante en su juego. Es algo así como el equipo de fútbol campeón del mundo, pero sin Maradona.
China aguantó tan sólo la primera mitad, en la que dominó en el marcador durante algunos momentos y que finalizó con empate a 45 puntos. Pero China debe de estar cansada mentalmente tras haber cumplido su objetivo de llegar a la segunda fase. Sus jugadores parecen estar fuertes físicamente, pero ayer, de repente, se pararon. Dejaron de correr y se olvidaron de mover el balón ante la zona argentina. Abandonaron la lucha por el rebote en muchas jugadas y dejaron que Argentina se escapara con tranquilidad y que controlara el marcador sin mayores problemas.
En la primera fase, en Tenerife, Argentina se limitó a ganar a Holanda, mediante prórroga, en la primera jornada. Era el partido en el que se suponía que se disputaba la tercera plaza del grupo y, por tanto, el pase a la segunda fase. Luego venció a las cenicientas del grupo, Malaisia y Nueva Zelanda, y cayó ante Canadá y Yugoslavia. Era la suya una primera fase poco prometedora. Pero el equipo se ha ido entonando y, tras su victoria sobre EE UU, parece capaz de todo.
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