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El comisario Emilio Ballesteros declara ante el juez Lerga sobre el 'superatraco' al Banesto

J. J. E., El comisario Emilio Ballesteros, ex jefe de la Brigada Regional de Policía Judicial de Madrid, declaró ayer ante el magistrado Luis Lerga, titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Madrid, en relación con el atraco a una sucursal del Banco Español de Crédito (Banesto) efectuado el 31 de enero de 1985 y del que se obtuvo un botín de 1.200 millones de pesetas en joyas. Por otra parte, el presidente del Consejo General de la Abogacía, Antonio Pedrol Ruis, manifestó ayer su alarma ante algunas peticiones formuladas por el fiscal del caso, Emilio Valerio Martínez. El fiscal pidió a Lerga la práctica de 28 diligencias, entre ellas la comparecncia repartida entre varios días, de 37 agentes de los cuerpos de seguridad del Estado y del abogado José Emilio Rodríguez Menéndez.

Emilio Ballesteros fue obligado a dimitir de su puesto el 21 de mayo, tras ser presionado por sus superiores a raíz del caso de la supuesta red de corrupción policial. En una reunión de la Junta de Mando se buscó una salida honrosa que permitiera que el comisario dimitiese en vez de ser destituido. Fuentes de la Dirección General de la Policía informaron en su tiempo que Ballesteros debía haber estado al tanto de las actividades que llevaban a cabo dos de los supuestos implicados en la red de corrupción. Los inspectores Victoriano Gutiérrez Lobo y Rafael Jaime Portela pertenecían a su brigada. Ballesteros declaró ayer por espacio de tres horas.Además de Ballesteros, un total de 25 agentes de la seguridad se encontraban ayer citados por el magistrado Lerga, quien practica las diligencias por el superatraco del Banesto, en los Juzgados de la plaza de Castilla de Madrid. Fuentes policiales señalaron que tres agentes no acudieron a la cita del juez, entre ellos Francisco Aguilar González.

De los 23 que comparecieron, la mayoría pertenecía a la Brigada Regional de Policía Judicial y cuatro de ellos a la Comisaría de Retiro, en cuya zona se encuentra la sucursal del Banesto de la plaza de la Lealtad, lugar donde se efectuó el atraco. De los agentes de Retiro, tres pertenecen al Cuerpo Superior y uno al de Policía Nacional. Otro agente más uniformado se encontraba en la comisaría el día del atraco, pero ayer no se presentó, al parecer, por estar de vacaciones. De los tres agentes del Cuerpo Superior, uno de ellos se encontraba en la Inspección de Guardia y los otros dos en el Grupo. Estos últimos, tras el atraco, acudieron a la sucursal asaltada.

De los 23 agentes que comparecieron a la cita, dos de ellos no declararon. Se trata de los inspectores Fernando Herrero González y Gonzalo Álvarez Fernández, adscritos a la Brigada Regional de Policía Judicial. El fiscal Velerio les advirtió antes que se encontraban allí no como testigos, sino como presuntos inculpados, según informaron fuentes jurídicas. Ambos decidieron acudir hoy a declarar acompañados de sus abogados.

La reyerta de 'el Ojazos'

También se presentó ayer en el Juzgado Francisco Sánchez García, el jefe de puesto del Cuartel de la Guardia Civil de Villalba (Madrid). Fuentes de la defensa de tres de los delincuentes (José Ramón Torres Pérez, Alejandro Echaniz Garay y Pedro Camacho García) que presuntamente ejecutaron materialmente el atraco señalaron que la razón de la presencia de este miembro de la Guardia Civil se debe a unos hechos ocurridos en diciembre -un mes antes del atraco- en Villalba.

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En la víspera del día de Nochebuena de 1985,José Luis Camacho Morales, de 35 años, delincuente habitual y actualmente procesado por su supuesta implicación en el atraco, se encontraba en la discoteca Bus Stop de esta localidad madrileña. Camacho, alias el Ojazos, gozaba de prisión atenuada a determinadas horas del día podía abandonar la prisión] en aquellos momentos por otros delitos anteriores. Camacho participó en una reyerta en la discoteca y clavó su navaja a uno de los contendientes. Tras huir Camacho, el herido le denunció ante la Guardia Civil.

Las fuentes referidas indicaron que Camacho se puso entonces en contacto con José Ramón Torres y, a través de éste, con Jaime Mesía Figueroa, nieto del primer conde de Romanones y supuesto intermediario entre los delincuentes y la red de corrupción policial, para exponerle que con esa denuncia su participación en el atraco peligraba al encontrarse en régimen abierto en la prisión de Alcalá-Meco.

En las declaraciones judiciales de José Ramón Torres se señala que, tras estos sucesos, mantuvieron una reunión Jaime Mesía, José Luis Camacho y él mismo con la intención de buscar una salida a la situación de el Ojazos. Según relata Torres, Jaime Mesía realizó una llamada telefónica, tras lo cual indicó que el tema estaba resuelto. Un mes más tarde, el Ojazos, junto a Torres y cinco delincuentes más, perpetraron el atraco al Banesto. En este sentido, el fiscal del caso ha solicitado copia del atestado que la Guardia Civil realizó sobre el suceso de Villalba.

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