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RELIGIÓN

La Iglesia de Inglaterra se pronuncia hoy sobre la ordenación sacerdotal de las mujeres

La Iglesia de Inglaterra se pronuncia hoy sobre uno de los temas más conflictivos que ha tenido que afrontar desde la separación de Roma, hace 400 años: la ordenación sacerdotal de mujeres. Y todo parece indicar que la votación en el sínodo general será adversa a esta ordenación. El sínodo general, compuesto por la cámara de obispos, la de clérigos y la de laicos, se encuentra reunido en la ciudad norteña de York desde el pasado sábado. Hoy tiene previsto el debate y votación siguiente sobre la cuestión de la ordenación de las mujeres al presbiteriado.

En realidad, lo que el sínodo debatirá concretamente es una moción para poner en marcha las normas necesarias para poder ordenar a las mujeres y las implicaciones de esta ordenación en la comunidad anglicana de Inglaterra, de acuerdo con un informe preparado por el profesor de la universidad de Sheffield David McClean, un decidido partidario de las mujeres sacerdotisas.El infonne McClean no pinta precisamente un panorama bucólico si se aprueba la ordenación. Por el contrario, prevé una serie de separaciones de la Iglesia por parte de partidarios y enemigos, según sea la decisión final del sínodo. La perspectiva de una crisis en la comunidad anglicana de Inglaterra decidirá a muchos delegados partidarios de la ordenación a votar en contra de la misma por un temor a males mayores. Igualmente, observadores imparciales han manifestado que el intercambio de cartas entre el papa Juan Pablo II y el arzobispo de Canterbury, doctor Robert Runcie, hecho público la pasada semana, y en el que el Pontífice advierte sobre las consecuencias que para la unidad cristiana tendría la admisión de mujeres al sacerdocio, tendrá una indiscutible influencia en los delegados.

Sin embargo, lo que hace predecir una derrota de la ordenación de mujeres es el resultado de una votación celebrada el pasado sábado y considerada por todos como una especie de termómetro de las intenciones de los delegados. La propuesta se refería a la posibilidad de que las sacerdotisas ordenadas por otras comuniones anglicanas en el mundo -exactamente, 743 en Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, Kenia, Uganda, Hong Kong y Brasil- pudieran celebrar su ministerio en iglesias anglicanas de Inglaterra.

Aunque el sínodo votó favorablemente por 303 miembros contra 195, la propuesta fue rechazada al no obtener los dos tercios reglamentarios para este tipo de mociones. Curiosamente, sólo los dos tercios se consiguieron en la cámara de los obispos. En las de clérigos y laicos, la propuesta sólo pasó por mayoría simple. La decisión de rechazar la posibilidad de que sacerdotisas ordenadas en el extenor puedan celebrar su ministerio en parroquias bajo la jurisdicción de la Iglesia de Inglaterra supone un golpe para el prestigio del arzobispo de Canterbury y primado de la misma, doctor Robert Runcie, que había hecho campaña a. favor.

La votación supuso un triunfo para lo que se conoce en Inglaterra como anglocatólicos (para distinguirlos de los romancatholics o católicos que aceptan la primacía del Papa), evangélicos y conservadores practicantes y miembros del sínodo, como John Selwyn Gummer, ex presidente del Partido Conservador y subsecretario de Agricultura, así como un grupo recientemente formado con el curioso nombre de Mujeres Contra la Ordenación de Mujeres.

Dentro de la jerarquía de la Iglesia de Inglaterra, el peso de la campaña contra la ordenación de mujeres sacerdotisas lo ha llevado el obispo de Londres, Graham Leonord, que ha conseguido el apoyo de 22 obispos y 2.269 clérigos de los 10.000 con que cuenta la Iglesia.

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