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Tribuna:EL PROBLEMA ENERGÉTICO
Tribuna
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Energías renovables, una alternativa real

El análisis de las posibilidades de penetración de este tipo de energías se realiza ahora con un mayor rigor y conocimiento de causa, en base a las experiencias adquiridas y contrastando las líneas de investigación que marcarán su futuro desarrollo tecnológico. La posibilidad de aprovechar algunos tipos de energía, como la solar o la eólica, era tan evidente que no se llegaron a tomar en suficiente consideración los problemas asociados al acoplamiento de los nuevos componentes -desarrollados para captar estas energías renovables- con la otra parte del sistema, meramente convencional. La fiabilidad y disponibilidad alcanzada por los campos de heliostatos y los rotores de aerogeneradores, entre otros sistemas de aprovechamiento energético, fue cercana, en la mayoría de los casos, al ciento por ciento; mientras que los sistemas completos no ofrecían las prestaciones que de ellos se esperaba. Los problemas, en su mayor parte de escasa índole, estaban asociados siempre a la parte teóricamente convencional de la instalación.Otro factor, no menos importante, aunque esta vez de carácter político, fue el recorte presupuestario dado por la Administración Reagan a las energías renovables. Dado el papel de líder en este tipo de aplicaciones energéticas que juega Estados Unidos, este hecho hizo peligrar el posible desarrollo de una segunda generación de sistemas de aprovechamiento, en los que se corregirían los errores cometidos durante la fase anterior.

Afortunadamente, algunos organismos supranacionales, como la Agencia Internacional de la Energía o las Comunidades Europeas, así como la mayoría de los países que cuentan con tecnología punta en este terreno (Alemania Occidental, Japón, España, etcétera) mantuvieron su apoyo a estas nuevas formas de energía, aunque orientando sus programas hacia metas más realistas.

Ejemplo de esta mayor coherencia y coordinación es el Plan de Energías Renovables español, que hoy se presenta, en el que se establece un equilibrio razonable y sopesado entre los apoyos al área de recursos, a la investigación más desarrollo y a las ayudas financieras para la adecuada penetración de los distintos equipos de aprovechamiento energético en el mercado. Todo ello acompañado de un análisis particularizado y una aplicación diferente para cada una de las distintas formas de las llamadas energías renovables.

La tendencia actual a la baja o a la estabilización de los precios de los crudos tampoco ha hecho bajar la guardia al desarrollo de estas nuevas tecnologías. Al contrario, esta circunstancia está teniendo una influencia positiva, al permitir que los distintos programas tecnológicos se desarrollen en un clima de menor presión, evitándose así la precipitación habida en etapas anteriores. La única parte de los programas que podría verse afectada es la asociada a la utilización de componentes ya comercializados. Por lo que las medidas de apoyo a este sector deberán ser implementadas, a fin de no romper la tendencia de competitividad creciente que, debido a las mejoras continuas introducidas en los equipos, al efecto de fabricación en serie y a la mayor demanda, comenzaba a establecerse.

Las energías renovables constituyen una clara apuesta para un país como España, con una sobreabundancia de recursos en este terreno y situado en primera línea tecnológica en algunas de sus formas de aprovechamiento.

Cuenta además nuestro país con una industria suficientemente preparada para responder a las necesidades de fabricación e introducción, de mejoras tecnológicas en esta área. En este sentido, el Instituto de Energías Renovables del Centro de Investigación Energética, Medioambiental y Tecnológica (CIEMAT-JEN), a través de la coordinación de los desarrollos emprendidos por las industrias y otros centros de investigación españoles, así como la ejecución de algunos proyectos propios, proporciona el adecuado soporte para mantener a nuestro país en la posición relevante que hoy día ocupa.

Industria preparada

Algunos argumentos permiten afirmar que las energías renovables van a tener cada vez más penetración en España:

- Sobreabundancia de recursos. En nuestro país pueden estimarse en decenas de miles de veces más los recursos en forma de energías renovables que la energía primaria que el país consume. Este dato es probablemente válido para la mayor parte de los países del mundo.

- Viabilidad demostrada. La factibilidad de las tecnologías de aprovechamiento ha sido probada en su mayor parte, a la vez que confirmadas las verdaderas prestaciones a esperar de los equipos que ya se han desarrollado. Pueden abordarse, pues, futuras planificaciones con datos reales de comportamiento que, a pesar de no alcanzar el nivel optimista previsto en la década de los setenta, son suficientes para garantizar su aplicación.

- Mejoras tecnológicas y económicas previsibles. A pesar de que los apoyos para su desarrollo y los gastos de infraestructura para su penetración son considerablemente inferiores a los efectuados por todas las administraciones en otras fuentes de energía convencionales, es de esperar que, a partir de los programas de investigación y desarrollo en marcha, se consiga introducir sustanciales mejoras tecnológicas que aumenten, por una parte, la eficacia de los equipos y reduzcan, por otra, el precio de los mismos. Asimismo, el efecto de fabricación en serie, asociado a la creciente demanda será otro de los factores que permitan reducir el costo de su utilización.

- Modularidad. El carácter modular de los equipos permite tomar en consideración estas formas de energía en aquellos lugares donde lo que se necesite sea un incremento relativamente pequeño de suministro energético respecto a los sistemas existentes. De esta forma, también pueden modularse los gastos de inversión asociados a su penetración.

- Distribuida. Lo que a veces se considera una desventaja, como es la dispersión en que naturalmente se encuentran estas formas de energía, puede resultar de inestimable valor para el suministro a lugares remotos. No obstante, se dispone también de tecnologías de concentración, tales como las centrales de producción eléctrica o sistemas todavía en estudio de producción de combustibles biológicos o sintéticos, que permitirán abastecer núcleos de consumo industrial o humano importantes.

- Desarrollo industrial autóctono. Gran parte de las tecnologías de aprovechamiento de estas energías resultan de una gran sencillez. Esto constituye un importante factor a tener en cuenta a la hora de valorar el producto social bruto asociado a su empleo. En determinadas situaciones, podría llegar a ser considerada rentable, desde el punto de vista global de una nación, la introducción de estas energías, a pesar de que su coste fuera incluso varias veces superior al de la convencional, en la que, tanto la instalación como la importación de combustible, representan una importante salida de divisas.

- Sin incidencia en el medio ambiente. En momentos tan críticos como los actuales, en que la contaminación de todo tipo traspasa inevitablemente las fronteras, las ventajas medioambientales de las también llamadas energías limpias cobran especial interés. El uso de tierras marginales para la instalación de posibles plantas solares o la valorización de las mismas mediante cultivos energéticos específicos; la mínima influencia sobre la fauna; las reducidas necesidades de agua; el equilibrio de los balances energéticos locales; la escasa incidencia de hipotéticos accidentes potenciales; incluso la prácticamente nula contaminación producida en la fabricación de los componentes asociados al uso de las energías renovables justifican el calificativo de limpias y evitan la necesidad de considerar costes adicionales o los de la mera producción de energía.

Los aspectos negativos que suelen atribuirse a estas energías, tales como la intermitencia de su producción o el elevado precio actual, pueden reducirse notablemente al considerarlas como energías complementarias en su fase inicial de implementación. Pueden actuar como ahorradoras de combustible convencional hasta que su penetración progresiva, que irá asociada sin duda a la disminución de los costes de los componentes, permita la introducción de sistemas de almacenamiento energético que las convierta en alternativa energética completa.

Luis Crespo Rodríguez es director del Instituto de Energías Renovables del CIEMAT-JEN.

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