Los socialistas japoneses siguen sin calar en el electorado, a pesar de su nueva imagen

, Los resultados de los últimos sondeos previos a las elecciones generales de mañana en Japón dan a los socialistas como probables grandes perdedores, mientras apuntan una recuperación de la mayoría absoluta para el tradicional partido en el poder, el Partido Demócrata Liberal (PDL), dirigido por el actual primer ministro, Yasuhiro Nakasone. "¿Qué tiene Nakasone que yo no tenga? ¿Es más guapo? ¿Habla mejor el inglés?", ironiza Masashi Ishibashi, presidente del Partido Socialista de Japón (PSJ).

Los socialistas, actualmente segunda formación política de Japón, con 110 escaños, aparecen como los principales perdedores de esa doble elección anticipada, a la Cámara de Representantes y a la de Consejeros, debido a que no han logrado comunicar su nueva imagen al electorado japonés, tradicionalmente proconservador y poco amante de cambios."No creo que nuestra transformación dé todavía resultados", apunta Makuto Tanabe, secretario general del PSJ. "Necesitamos más tiempo", añadió "para convencer a los electores del nuevo cambio socialista y convertirnos en el número uno de Japón". Previsión que no es para mañana en un país con una tradición política muy estable y conservadora.

Desde la llegada de Ishibashi al frente del PSJ, en 1983, los socialistas japoneses han intentado un proceso de moderación y pragmatismo, renunciando a sus principios marxistas y utilizando un lenguaje más moderado ante el electorado. Son, no obstante, muy críticos con la Administración actual, a la que atacan por su política de rearme.

"Si Nakasone gana otra vez las elecciones, dará luz verde a la participación de Japón en el proyecto norteamericano de guerra de las galaxias", dijo Ishibashi en una reunión electoral en la que criticó el crecimiento del gasto militar japonés y la probable cooperación de empresas niponas de alta tecnología en el programa militar estadounidense de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI).

Frente a la pujanza del Partido Liberal, que perdió la mayoría absoluta en las elecciones de diciembre de 1983, los socialistas no serán los únicos en perder escaños. También la tercera fuerza política de Japón, el partido probudista Komeito (Partido para un Gobierno Limpio) verá, posiblemente, reducir su número de escaños en la Cámara baja, donde contaba con 59 en el Parlamento disuelto por Nakasone a principios de junio.

Mantenimiento de posiciones

Comunistas y socialdemócratas se mantendrán en sus posiciones, siempre de acuerdo con sondeos preelectorales difundidos en Tokio por el diario Asahi Shimbun y por la agencia de noticias Kiodo. Los candidatos independientes contarán con escasas posibilidades, debido a la reforma electoral que establece el sistema proporcional, y los miembros del Club de los Nuevos Liberales (una pequeña escición del potente PDL, gracias al cual ha podido gobernar Nakasone con mayoría parlamentaria) podrían también quedar marginados del poder si se cumplen las previsiones que anuncian a Nakasone como gran triunfador en las elecciones de mañana.