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Tres mujeres y 47 hombres disputan los cuatro escaños de Tokio

Número récord de candidatas en las elecciones legislativas de Japón

Tres mujeres y 47 hombres compiten por los cuatro escaños que se disputan en Tokio en las elecciones legislativas del próximo domingo. Los liberales (en el poder) y los socialistas (en la oposición) presentan candidatas en la capital japonesa. Chinatsu Nakayama es candidata independiente, ecologista y feminista. Son tres circunstancias que parecen dificultar su propósito de lograr la reelección como diputada. En el conjunto de la nación nunca había habido tantas candidatas a los escaños parlamentarios como en estos comicios anticipados.

"El nuevo sistema electoral dificulta la elección de independientes y favorece sólo a los grandes partidos", explica Nakayama, de 37 años de edad, ex actriz, escritora y política, superfamosa en Japón desde su época de niña actriz en las series televisivas.Nakayama logró más de un millón y medio de votos en todo el país hace seis años, cuando decidió cambiar los escenarios por el Parlamento, "porque los partidos tradicionales no representan los verdaderos intereses de los ciudadanos". El domingo, debido a la nueva normativa electoral, Nakayarna tendrá difícil su reelección, porque sólo en el área de Tokio debe alcanzar 800.000 votos para renovar su escaño.

"Los liberales son unos profesionales de la política y un eventual tercer mandato de Yasuhiro Nakasone [actual primer ministro de Japón] conduciría a este país a una escalada hacia el rearme", clama Nakayama, subida en una caja vacía de cervezas, bajo un paraguas transparente, ante medio centenar de curiosos que la escuchan bajo la lluvia frente a la estación de metro de Shimbashi, en pleno centro de Tokio.

"No tengo ambición política, porque odio la política", grita Nakayama, "pero precisamente porque no me gustan los políticos profesionales quiero mantener el difícil puesto de independiente y luchar por los verdaderos problemas de este país, como el rearme, la construcción de centrales nucleares y la presión de los impuestos". Los transeúntes pasan apresuradamente, y pocos se paran.

Nakayama, con blusón rosa, pantalones blancos y botas de plástico, concluye su mitin vendiendo un librito en el que explica su programa político y pide contribuciones a la gente, "por que la mejor fórmula de independencia está en ese dinero que ustedes aportan". Mientras pro nuncia esas palabras, cobra 200 yenes por el librito, aunque la mayoría de la gente da billetes de 1.000 (unas 850 pesetas) para la reelección de esa Juana de Arco de la superrígida política japonesa.

Nakayama, Ono y Yamaguchi

El Partido Demócrata Liberal (PDL) no menosprecia la popularidad de Nakayama -considerada en los círculos progresistas nipones como la heredera de la pionera feminista en el Parlamento, ya fallecida, Fusae Isikaba- y lanzan también a la difícil batalla por los cuatro escaños que en la Dieta (Parlamento) corresponden a Tokio a otra mujer muy popular, la gimnasta Kiyoko Ono, que tiene detrás todo el apoyo del potente PDL, en el poder desde hace 35 años. Ono aparece como favorita en los sondeos sobre las intenciones de voto en Tokio.El Partido Socialista de Japón (PSJ), la segunda formación política en importancia del archipiélago, tampoco se queda corto y presenta una candidata feminista en Tokio, Miyako Yamaguchi.

Pero son tan sólo tres mujeres, entre 50 aspirantes, las que luchan por los cuatro escaños de Tokio, en una Cámara de Diputados con 512 escaños, en la que el PDL espera recuperar la mayoría absoluta el domingo.

No obstante, estas elecciones cuentan con el mayor número de candidatas de la historia política de Japón, en la que las mujeres no lograron el derecho de voto hasta después de la II Guerra Mundial, cuando la nueva Constitución japonesa fue dictada por los norteamericanos vencedores, a las ordenes del general Douglas Mac Arthur.

Las mujeres japonesas -que desde el pasado 1 de abril cuentan también con igualdad de derechos frente al hombre, en una sociedad caracterizada por el dominio del machismo- parecen dispuestas a estar cada vez más presentes en la vida política del país. Una sociedad en la que "las mujeres siguen generalmente las indicaciones de su marido, a la hora de votar", explica una joven cuyas preferencias de voto se inclinan por la independiente Nakayama.

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