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Tenaz negativa de Shamir a investigar al Shin Beth

La oposición, hasta abora obstinada, del Viceprimer ministro israelí y líder del Likud, Isaac Shamir, al nombramiento de una comisión investigadora del escándalo que rodea al Shin Beth (servicios secretos) se hace cada día más difícil de defender. Especialmente tras la decisión del Tribunal Supremo de dar al Gobierno presidido por Simón Peres 14 días para justificar la interrupción de la investigación policial.

La demanda ante el Tribunal Supremo fue presentada por varios juristas de prestigio, por el Partido de los Derechos del Hombre (Ratz) y por 12 eminentes catedráticos de derecho. Shamir está especialmente molesto porque Abraham Shalom, jefe del Shin Beth, le ha implicado directamente en su petición de gracia al presidente, en la que Shalom afirma que, en el caso de la muerte de los dos terroristas capturados en abril de 1984 y los falsos testimonios posteriores, actuó con la aprobación y bajo la autoridad de Isaac Sharnir, entonces primer ministro.Shamir, sin embargo, apoyado por del Likud, se resiste al nombramiento de una comisión de investigación y amenaza con abandonar el Gobierno de unión nacional para, "pedir la opinión y el juicio del pueblo" en unas elecciones anticipadas. Si, al principio del asunto, el líder del Likud mantenía la calma y respondía a las acusaciones sin renunciar a su flema y a su educación habituales, hoy ya no es el mismo. Se ha vuelto irritable, irascible y pierde el control de sus nervios.

Shamir habla de "compló" contra su persona, denuncia los "ladridos" de la Prensa y compara las intenciones de los ministros y los diputados laboristas con "maullidos". El líder del Likud está abandonado y vulnerable, ya que tras la medida de gracia acordada al jefe del Shin Beth y a tres de sus ayudantes, todos ellos implicados en el asunto, permanece solo en la arena.

"Ahora, tras haber sido directamente acusado por el jefe del Shin Beth, Shamir no puede ya callarse. Debe decirnos si conoció los asuntos en cuestión y cuándo, y también si las actuaciones del jefe del Shin Beth tenían o no su aprobación ( ... )", afirma el diario nacionalista Maariv.

Shamir se niega a responder a estas preguntas. Repite que no tiene nada que reprocharse, pero que se opone a una comisión investigadora, aunque el ultimátum del Tribunal Supremo puede hacerle cambiar de opinión. Seis diputados laboristas, entre ellos dos ministros, votaron en contra. En el Gobierno, el primer ministro, Simón Peres, que declaró en la Kneset (Parlamento) que era partidario de dicha comisión, rechaza, sin embargo, una votación al respecto.

Peres afirma que Shamir puede contar con la mayoría -13 ministros- para rechazar la propuesta laborista de investigar, que no obtendría más de 11 votos. De ahí sus temores y su búsqueda de una solución de compromiso aceptable también para Shamir.

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