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Los precios del petróleo y sus derivados caen al nivel mas bajo desde hace 11 años

Los precios del crudo y de los productos derivados han caído esta semana al nivel más; bajo en los últimos 11 años como consecuencia del fracaso de la 78ª conferencia ordinaria de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), finalizada sin acuerdo el pasado lunes en Brioni (Yugoslavia). Pese a este descenso, que puede situar a corto plazo el precio del crudo entre 8 y 10 dólares, frente a los 30 dólares en que se cotizaba en noviembre, aumentan cada vez más los indicios de que la estrategia de algunos productores no pasa por una recuperación inmediata de los precios, sino por la vuelta a un nivel de 20 dólares a medio plazo, quizá dentro de un año.

Los precios del gasóleo en el mercado libre de Roterdam cayeron ayer al nivel más bajo en Europa desde 1975. Cargamentos de procedencia soviética de gasóleo fueron vendidos a 99 y 94,75 dólares la tonelada para su entrega durante el mes en curso. Según un portavoz de la Shell citado por Reuter, el gasóleo sólo había bajado de la barrera de los 100 dólares en el mes de abril de 1975. Por su lado, la nafta, producto derivado del petróleo usado en distintos procesos químicos, también descendió por debajo de los 100 dólares, el valor más bajo desde octubre de 1973.En Londres, el mayor mercado de crudo en Europa en estos momentos, el brent británico rozó los 10 dólares. Los negociantes de dicho mercado estaban a la espera de que el precio descienda en cualquier momento por debajo de 10 dólares e incluso baje más aún que los 9,15 dólares alcanzados; el 1 de abril.

En medios petroleros se atribuye al exceso de produccióñ de crudo (la media de ventas de la OPEP alcanzó los 18 millones de barriles en junio, un millón más que la media del primer trimestre, según el último informe mensual de la Agencia Internacional de la Energía) y a las fuertes divergencias en el seno de la OPEP la causa del nuevo hundinúento de los precios. Pero, a la luz de las discusiones celebradas en Brioni durante la pasada semana, nada induce a pensar que esta situación vaya a ser permanente.

La OPEP tiene previsto reunirse el próximo día 28 de julio en Ginebra. Los expertos no anticipan conclusiones decisivas en este encuentro, pese a que la reunión ha sido convocada para que los 13 ministros entreguen la respuesta de sus respectivos Gobiernos a una propuesta, elaborada por el indonesio Subroto, para repartirse en cuotas individuales el techo máximo de producción fijado en Brioni para todo el consorcio de 17,6 millones de barriles.

Todo indica que esta propuesta no va a ser aprobada y que los ministros consumirán otra semana adicional en discusiones inútiles sobre cómo establecer una estrategia común para contener la caída de los precios y situarlos de nuevo en un abanico situado entre 17 y 20 dólares. El problema de la OPEP a este respecto es la insistencia de varios de sus miembros, políticamente enfrentados, en reclamar una cuota nacional de producción muy superior a la establecida en los acuerdos de Londres de 1983, cuando se distribuyó un techo, luego reformado a 16 millones, de 17,5 millones de barriles diarios.

Irak ha reclamado una cuota nacional de producción que supone el 13,3% de la producción glob al delconsorcio. Irán, por su lado, demanda el doble de cuota que su enemigo, Irak. Los Emiratos Árabes Unidos llegan a decir, y lo cumplen, que su país producirá 1,5 millones de barriles diarios, es decir, un 50% más que la cuota adscrita en Londres.

Renuncia saudí

La renuncia de Arabia Saudí a su papel de productor muelle y la venta de su cuota de 4,35 millones a través de contratos netback, mucho más atractivos para las refinerías que los contratos tradicionales, es otro elemento decisivo, si no el definitivo, en esta guerra de precios y mayor producción en la que están inmersos los productores del cártel petrolero. Un delegado latinoamericano, cuyo país también ha incrementado notablemente su producción, aseguraba en Brioni que "a corto plazo es ridículo ha.blar de hacer subir los precios".Relajado en la playa, este delegado aseguraba que la estrategia del denominado sector rico de la OPEP (los productores del golfo Pérsico) es, ante todo, debilitar a los países radicales del organismo que conforman la denominada Triple Santa Alianza, es decir, Libia, Argelia e Irán. "Yamani quiere, bajar los humos a estos países y recordarles que, con una capacidad de producción de más de siete millones diarios de barriles, el que manda en la OPEP es él", opinaba el latinoamericano.

Pero esta estrategia, cuyo éxito nadie parece poner en duda, no comenzará a cosechar sus resultados hasta entrado el próximo año, cuando, además de humillar a sus colegas los paises del golfo Pérsico hayan conseguído retirar del mercado uno o dos millones de barriles producidos con alto coste de extracción, básicamente en Estados Unidos, Canadá y el mar del Norte. Una vez que esto se haya conseguido, cualquier intento serio de la OPEP de reducir la producción puede tener efectos especialmente dañinos para los países consumidores.

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