La policía registra el domicilio de dos agentes presuntamente implicados en la desapanción de "el Nani"
Efectivos policiales han efectuado un registro en los domicilios del comisario Franeisco Javier Fernández Álvarez y del inspector Victoriano Gutierrez Lobo, quienes actualmente se encuentran en paradero desconocido. Sobre Javier Fernández y Victoriano Gutiérrez pesa un auto de detención del Juzgado de Instrucción número 4 de Madrid, cuyo titular es el magistrado Martínez Arrieta, por su presunta implicación en la desaparición del delincuente habitual Santiago Corella, alias el Nani, tras su detención el 12 de noviembre de 1983. El lunes fue detenido un agente policial por esta supuesta implicación: el inspector Francisco Aguilar González.
Fuentes policiales descartaban ayer que los dos supuestos implicados hubieran abandonado el territorio nacional, por lo que mantenían expectativas con vistas a su detención. Estas fuentes no descartaron que la red de implicaciones se amplíe con nuevas personas.
Santiago Corella, alias el Nani, fue detenido por cinco agentes de la policía, acusado del atraco a unajoyería de la calle de Tribulete de Madrid en el que murió su propietario. El Nani fue trasladado a las dependencias policiales de la Puerta del Sol junto a su mujer, Soledad Montero, y sus tres hermanas, además de un amigo, Ángel Manzano. La detención de Corella fue dirigida por los policías Javier Fernández, Victoriano Gutiérrez y Francisco Aguilar. Durante el interrogatorio a que fue sometido, Ángel Manzano pudo ver que "Santiago estaba sentado con la cabeza agachada y le sostenían como en volandas tres policías".
En cal viva
El joyero de Santander Federico Venero, quien denunció la supuesta red de corrupción policial, declaró ante un juzgado de la capital cántabra que el Nani murió de un infarto en el interrogatorio policial y que fue enterrado en Vicálvaro. La acusación de Venero ofreció hasta detalles: los restos de el Nani fueron cubiertos con cal viva.Según la versión policial ofrecida en su día, Santiago Corella fue trasladado desde las dependencias de la Jefatura Superior de Policía de Madrid a un descampado, donde desapareció, tras burlar la vigilancia policial.
Días más tarde de su desaparición eran descubiertos aparecían los verdaderos autores del crimen de la calle de Tribulete.
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