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MÉXICO 86

México, con sensación de vacío, vuelve a sus problemas

La conclusión del Mundial 86 dejó en México una sensación de vacío al producirse el choque con la realidad de un lunes difícil, a pesar del sol radiante, después de haber vivido un mes lleno de fútbol, lo que permitió olvidar los problemas del país. 'El despertar', tituló un comentario editorial en primera plana el periódico económico El Financiero, que escribe: "El sueño terminó y nos despertamos una vez más en el México de siempre. Los problemas que teníamos hace un mes permanecen y, de hecho, recrudecidos, Nos encontramos, de verdad, ante una encrucijada".

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La Prensa de la RFA, satisfecha con su selección

En la misma primera página del diario, un titular, a toda plana, recuerda la realidad: "Se vence el plazo de la deuda". Los periódicos de ayer daban cuenta de la concesión a México de un crédito puente que permitirá afrontar los pagos, que vencían ayer, de los intereses de la deuda externa del país. Esto permitirá evitar por los pelos la moratoria.Durante un mes el fútbol hizo pasar a segundo plano todos estos problemas, pero ahora se teme lo que ya muchos llaman la resaca del Mundial". En un primer balance del Mundial, El Financiero habla de "lo bueno, lo feo y lo malo". Lo bueno fueron los anuncios de una marca de cerveza al compás del siquitibun a la bim bombam. Los movimientos pectorales de una joven tuvieron en vilo al país y a los visitantes extranjeros. Además, destaca el periódico como bueno el recreo que tuvo la población entera, la promoción de México en el extranjero y "la actuación del equipo mexicano, que alcanzó un honroso sexto lugar, publicándose así arriba del león británico y de la furia española".

Lo malo fueron los fallos de las transmisiones televisivas, un ingreso de turistas menor de lo esperado "y que el Gobierno tuviera que gastar en decoración para cubrir la pobreza" Según El Financiero, "lo feo corrió a cargo del vandalismo disfrazado de entusiasmo, los asaltos cometidos por ladrones vestidos de futbolistas y la falta de respeto a las autoridades, así como los daños al patrimonio histórico de la nación".

La procesión, por dentro

Los alemanes de la RFA trataron de poner al mal tiempo buena cara en su derrota. Llegar a la final fue un éxito que sorprendió a la propia empresa, pero rozar la gloria cuando faltaban pocos minutos para iniciar la prórroga, que se les presentaba favorable, les dejó con la frustración de la miel en los labios. La selección de la RFA trató de festejar el éxito, pero veteranos periodistas conocedores de la selección dijeron que se trataba de una "falsa alegría" y que la procesión iba por dentro, sobre todo del portero, Schumacher, a quien se considera chivo expiatorio de la derrota, a pesar de haber sido elegido por la Prensa internacional como el segundo mejor futbolista del torneo. Claro que esta votación se efectuó horas antes de la final. Schumacher quedó en segundo lugar a mil votos de distancia de Maradona, el indiscutible triunfador del Mundial.

El capitán, Rummenigge, aprovechó la fiesta de la selección de la RFA para pedir al presidente de la Federación Alemana de Fútbol, Hermann Neuberger, que les concediese la prima que correspondía como si hubiesen ganado el Mundial. El dirigente federativo no aceptó la sugerencia de Rummenigge. Los futbolistas de la RFA tendrán que conformarse con algo más de cuatro millones de pesetas por haber llegado a la final.

Entre los indignados de la selección de la RFA figura el centrocampista Félix Magath, quien, próximo a los 33 años, colgó las, botas tras la final con más pena que gloria. Magath fue sustituido en el minuto 62, cuando, a pesar de estar destinado a ser el cerebro del equipo, sólo consiguió tocar 14 veces el balón. El futuro gerente del Hamburgo no se recató en echar la culpa de su fracaso personal al seleccionador, Franz Beckenbauer, a quien acusó de haber empleado una táctica equivocada. Según Magath, al encargar a Matthaeus el marcaje de Maradona, él se quedó solo ante dos argentinos, que no le dejaron rascar bola. Mientras tanto, Schumacher se había retirado a sus habitaciones para rumiar la derrota, no sin antes haberse autodefinido como "tonto del culo" por su actuación y, decir a los periodistas que no quería hacer declaraciones para no hablar mierda.

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