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MEXICO 86

Havelange y Cañedo, próspera hermandad de fútbol y negocios

"¿Cuánto será el coste y las ganancias del Mundial de México 86?", le preguntaron en una conferencia de prensa a los líderes de la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA). El mexicano Guillermo Cañedo, uno de los vicepresidentes, contestó secamente: "Por costumbre, jamás hablo de cantidades financieras". El brasileño Joâo Havelange, presidente de la FIFA, entornó los ojos ante los fogonazos de los fotógrafos y asintió con la cabeza. En todo caso, Cañedo precisó: "El Mundial de 1970 y éste de 1986 han sido organizados por la iniciativa privada. Su coste, utilidades o pérdidas nunca han sido dados a conocer públicamente, y ahora no innovaremos".A pesar de ese hermetismo de ambos empresarios -Cañedo y Havelange son magnates de la industria en sus respectivos países-, se han filtrado algunas cifras. El Mundial de 1974, en la República Federal de Alemania, dejó 1.562 millones de pesetas de ganancias netas para la FIFA; el de 1978, en Argentina, 2.556 millones; el de 1982, en España, 11.360 millones. Para el de México sólo trascendió una estimación mínima: 19.880 millones de pesetas, fuera de billetaje. El 10%. será para la FIFA; el 25%, para la federación anfitriona (México), y el 65%, repartido proporcionalmente al número de partidos, para las 23 federaciones restantes.

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La única cifra precisa de la que informó la FIFA es la que asegura a cada selección participante: unos 30 millones de pesetas por partido jugado, más pago de 32 pasajes de avión, hoteles y transportes. En consecuencia, los cuatro semifinalistas -Argentina, la RFA, Francia y Bélgica- tocarán a unos 210 millones.

Estas cantidades serán, sin embargo, sólo la punta del iceberg, según los expertos. La FIFA adjudicó a la empresa suiza ISL Marketing, especialista en mercadotecnia -por una cifra no revelada-, el manejo de la publicidad comercial del campeonato de México. Esta empresa es una filial de Adidas, el imperio mundial germanooccidental de ropa, calzado y equipos deportivos.

Otra filial de Adidas, la Sport Billy y Productions, fue favorecida por la FIFA con la concesión exclusiva del manejo comercial de los logotipos del Mundial. Sólo en México 56 empresas tuvieron que pagar derechos por el uso de esos logotipos. La cifra también es desconocida. Al menos en dos de esas corporaciones transnacionales -las brasileñas Topper (artículos deportivos que usa la selección brasileña) y Vitasay (farmoquímica)se estima que uno de sus socios mayoritarios es Havelange, presidente de la FIFA.

El último negocio de Havelange es una sociedad con el mexicano Emilio Azcárraga, multimillonario presidente y uno de los principales dueños de Televisa, el gran imperio de la radio y la televisión de México. Posee 176 emisoras, cuatro canales de televisión y medio centenar de empresas de publicidad, discos, cine y turismo.

A escasa distancia de los anteriores está otro interesante personaje que también alterna su amor por el fútbol y su culto por los negocios: Guillermo Cañedo, presidente del Comité Organizador del Mundial de 1970 y ahora del de 1986, ambos en México, y también presidente de Televisa. Esta extraña conjunción de tres personalidades en el mundo de los negocios, y de dos de ellas en la FIFA, hace parecer hasta natural que Televisa se haya adjudicado la concesión de las transmisiones de televisión de la Copa de México a 142 países.

En el curso del actual torneo mundial, Cañedo debió responder a los periodistas extranjeros que le preguntaron en una conferencia de prensa a qué se debía la presencia del vicealmirante argentino y ex vicepresidente de la FIFA Carlos Lacoste, acusado de enriquecimiento ilegal a raíz del Mundial de 1978, en Argentina. De mala gana Cañedo manifestó que él había invitado al controvertido marino. Lacoste, representante de Le Coq Sportif, una firma francesa de ropas deportivas, está acusado en su país de haberse comprado en Punta del Este (Uruguay) un apartamento valorado en 300.000 dólares. En una declaración ante la fiscalía que investiga el caso, el vicealmirante argentino afirmó, según periódicos de Buenos Aires, que se lo había comprado con dinero que le prestó Havelange.

En este marco de presuntos préstamos y generosidades de amigos, la revista germanooccidental Der Spiegel afirma que Horst Dassler, principal propietario del imperio Adidas, con 2.800 millones de dólares en ventas en 1984, ayudó a Havelange a destronar al británico sir Stanley Rous de la presidencia de la FIFA en 1974 y que en 1980 visitó al brasileño en Río de Janeiro.

Dassler regresó feliz a su país con una buena noticia: había obtenido los derechos comerciales de la FIFA para el Mundial de 1982.

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