Sainz de Robles, un candidato 'irreformable'
ENVIADO ESPECIAL Federico Carlos Sainz de Robles (159 años de edad), cabeza de lista del Partido Reformista Democrático (PRD) por Madrid al Congreso de los Diputados, está realizanido una intensa campaña electoral fuera de su circunscripción, para aprovechar su indudable proyección popular en beneficio de un partido no sobrado de personalidades de alcance nacional. Candidato poco al uso, oscila entre la resignación y la rebeldía ante las exigencias de la batalla electoral. Rehúye cuanto puede las fórmulas más tópicas -visitas de rnercadillos, mítines, caravanas-, pues se siente más a sus anchas ante reducidos auditorios donde sea factible el diálogo (frecuentemente con convencidos de antemarlo). Sus asesores de imagen le han dejado poco menos que por irreformable y han desistido de elegirle la vestimenta.
Su estancia en Sevilla en la noche del miércoles día 11 para arropar a su partido en la región ante el doble reto electoral -autonómicas y generales- ejemplifica bien su estilo de campaña. Presidió una cena-coloquio en un lujoso hotel -21.000 pesetas cuesta una suite- con asistencia de 200 personas, no todas simpatizantes, pero que pagaron religiosamente 2.650 pesetas (postre y pregunta incluida). La vestimenta y porte de los asistentes denotaban un alto nivel social. Su intervención tuvo un tono más de aula magna que mitinero, aunque su oratoria fuese cálida y brillante, pero con renuncia a frases altisonantes o guiños diálecticos a los asistentes.
Preguntas sobre la judicatura
Su condición de ex presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo le convierte en blanco de preguntas relacionadas con lajudicatura, por más que él prefiere no seguir resaltando su pasado. Sus asesores ponen los ojos en blanco, sabedores de cómo le fatigan estas cuestiones, cuando ven surgir inexorablemente preguntas sobre la. independencia de los jueces, el caso Bardellino o la catalanidad / catalanismo de Miquel Roca, inspirador de la operación reformista.
Apenas percibe cambios tras su radical cambio de actividad. "Mi vida política tiene un mes y un día, casi como un arresto mayor del. Código Penal. No he notado un, cambio en mi oratoria ni en mi manera de estar, aunque a lo mejor los demás sí lo ven. Además, en el Consejo General mi labor ha sido política, política judicial evidentemente, pero política. Me encuentro cansado y rejuvenecido", dice.
"Las señoras de edad media son las que tienen más flipe con don Federico", según sus asesores. "No creo en los mítines, creo en la búsqueda del ciudadano", resume. Cuando llegó a Sevilla ya había viajado a Alicante, Valencia, Murcia, Tenerife, Las Palmas, Badajoz y Burgos. Aún decía ser consciente de dónde estaba al afrontar un acto, aunque no parecía lejano el síndrome si hoy es martes, esto es Burgos.
Su insomnio es creciente. En Sevilla se acostó a la 1.30 -"buenas noches o buenos días", dijo al recepcionista- y estuvo desvelado hasta las 4.30, lo que le permitió escuchar las campanas de la Giralda.
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