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Entrevista:LA CAMPAÑA ELECTORAL

Manuel Fraga: "Roca nos copia hasta en los detalles"

"En comparación con los hombres que ahora se llevan, como Reagan o Balaguer, me encuentro joven y con poca experiencia" - "El reformismo no puede tener níngún voto que: no sea el mismo que nosotros"

Manuel Fraga dice que no le gusta la política, pero nadie lo creería: "Yo digo la verdad. Hay personas a las que les gusta la política como maniobra, como arte, como teoría de los juegos. A mí no. A mí me gustan las cosas que se pueden hacer desde la política más que la política en sí. Mi orientación era la cátedra, o el funcionariado; lo que ocurre es que me di cuenta enseguida de que en España, por desgracia, queda mucho por hacer para lograr lo que ya han conseguido los alemanes, los británicos que es un margen muy amplio para el servicio público, distinto de las actuaciones políticas. Me hubiera gustado ser un gran diplomático, o un gran alto funcionario de la educación o la enseñanza, más que un político propiamente dicho. Yo ya he vivido cuatro períodos políticos, porque nací en el año 22 y viví la dictadura de Primo de Rivera, viví la II República, la etapa posterior a la guerra civil., estoy viviendo esta etapa. Hay muy pocos hombres en Europa que puedan decir algo parecido". En el último tramo de la campaña electoral, el candidato conservador a la Presidencia del Gobierno se ve en la obligación de precisar: "Pero una cosa es que a uno no le guste la política y otra retirarse".Según Fraga, si llega al Gobierno, cosa que él, en sus declaraciones públicas, considera "segura", huirá del síndrome de la Moncloa y de cuanto lleva consigo: "Nixon, que hizo algunas cosas buenas, se rodeó de unos cuantos feos y de asesores de imagen por todas partes. Yo no haré eso'.

Pregunta. Da la impresión de que uno de los motivos centrales de la campaña es el futuro de Coalición Popular. No son sólo sectores políticos rivales, sino, aparentemente, sectores empresariales y bancarios los que lanzan rumores sobre el peligro de ruptura en la coalición si no se obtiene un buen resultado el 22 de junio.

Respuesta. El futuro de la Coalición Popular, afortunadamente, no depende de nadie más que de los electores. Confiamos en que éstos la van a poner a buen recaudo, como hicieron en 1982. Hay personas que creen, desde luego sin fundamento ninguno, que los partidos políticos son meras marionetas de determinadas fuerzas. En este momento los líderes de la coalición están vinculados, por su palabra y por su convicción, en unos documentos firmados recientemente y que se refieren a los cuatro años próximos, hasta las próximas elecciones. Saben perfectamente, por tanto, lo que tienen que hacer y a dónde quieren ir. Coaliciones como ésta están funcionando en toda Europa.

Luego hay señores que quieren sucedernos tras haber jugado cartas muy distintas -Suárez en su momento quiso hacer él la política de izquierdas, y eso no funcionó; Roca, que también jugó sus pactos de progreso, etcétera-, y ahora se dan cuenta de que toda Europa va por el centro-derecha. Más aún, ese centro-derecha hoy juega sin complejos. Pero quienes quieren sucedernos están aún ver-des; después se verá que esas fuerzas pueden tener la oportunidad de pactar -una pena que no lo hayan pensado antes-, pero desde luego no pueden ser el núcleo principal en torno al cual se forme esa fuerza.

En cuanto a sectores sociales, comprendo que algunos deseen de distintas maneras, como ha ocurrido en Francia, la conjunción de fuerzas que resten votos al socialismo. Y puede ocurrir que algunos de ellos hayan decidido apoyar algo a otras fórmulas, buscando que el modelo de sociedad esté atendido. A eso no se le puede dar mayor importancia, y, por supuesto, los resultados cantarán. Si resultase, cosa altamente improbable, que no van por el bipartidísmo, unas serían las consecuencias. Si, como yo creo, fracasan tanto los intentos de hacer lo mismo que nosotros con otras palabras y los de hacer la competencia a la izquierda en el terreno del socialísmo, entonces las cosas quedarán perfectamente claras. Yo en este asunto siempre digo lo mismo: los señores Alzaga, Segurado y yo tenemos muy claro lo que tenemos que hacer, y no lo vamos a cambiar por lo que vayan a decir nuestros competidores o nuestros adversarios.

Los caprichos de la historia

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P. ¿No podría darse la circunstancia de que pase a la historia como el hombre que formó una derecha moderna en España, aglutinando tarribién a la derecha ultramontana, y que, sin embargo, no pudo consolidar ese triunfo ocupando la presidencia del Gobierno?

R. Tendría mucha más importancia ser fundador de un gran partido, con aquello del viejo principio de nuestro romancero: "Si no vencí reyes moros, engendré quien los vericiera". El hombre más importante de la historia en Chile fue Diego Portales, que no llegó a ser presidente de la República. Pero en todo caso vuelvo a decir que uno tiene que hacer lo que tiene que hacer y dejar lo demás a la Providencia., al cuerpo electoral y también a los caprichos de la historia.

P. ¿Pueden tener razón quienes dicen que éste es su último asalto a la.Presidencia?

R. Dicen que del enemigo, el consejo. En comparación con los hombres que ahora se llevan, como Reagan o Joaquín Balaguer, me encuentro todavía demasiado joven y con poca experiencia.

P. Hay gente que, pensando en conservador, juzga que Manuel Fraga es una figura de talante excesivamente autoritario, o a la que no le gusta su pasado.

R. Yo digo simplemente que hay gente para todo. Hay siempre gente que se equivoca en estas cosas, para entendernos.

P. Pero ¿no cree que a este sector es un peligro decirle que el programa reformista es igual que el de Coalición Popular? Pudieran decidir,, entonces, votar al PRI).

R. Yo no puedo decir más que la verdad. El reformismo, salvo en el caso de Cataluña, donde la situación es evidentemente diversa, no puede tener ningún voto que no sea el mismo de nosotros. El señor Roca nos copia hasta en los detalles; ahora dice que si gana no va a ir a la Moncioa, cosa que ya había dicho yo primero. Pero para terminar hay que decir que entre los dos la posibilidad de hacer crecer lo nuestro es muy grande, y la de hacer crecer lo otro es muy pequeña.

P. ¿Qué opina de las declaraciones que hacen algunos dirigentes del PDP, en el sentido de que las cosas "se replantearán" después del 22 de junio en función de los resultados de las elecciones?

R. Ninguna persona responsable del PDP dice eso públicamente. Punto. Ahora, que un señor se molesta por algo en alguna provincia y dice esto o lo otro, pues es muy fibre de hacerlo. También puede pasar con algunos militantes nuestros, que tengan actitudes negativas hacia la coalición. Esas cosas pasan. En estos momentos el tema de la coalición está aceptado por un 90% de los militantes de los partidos, y puede haber un 10% que no esté de acuerdo o que reconvierta ahí su frustración personal. Pero la coalición va adelante, y cada vez más nos sentirnos todos más parte de la misma y menos integrantes de partidos en competencia dentro de ella. Y no era una operación fácil.

P. ¿Usted no da entonces especíal importancia al hecho de que la banca conceda una financiación privilegiada a una formación que, como la de Roca, despunta poco en los sondeos?

R. Usted tiene esa opinión. Yo no tengo ninguna opinión. No conozco esa financiación. Sé que detrás de eso está la Generalitat de Catalunya, que evidentemente es un cuerpo con cierto peso en el país, y creo que se equivocan en el planteamiento.

P. En el caso de que Coalición Popular no gane las elecciones pero tenga el resultado que es previsible, es decir, que siga siendo la formación mayoritaria de la oposición, ¿qué retoques cree usted que serán necesarios para que adquiera mayor fuerza?

R. Ya se verá. Es previsible entonces una estrategia bien pensada para las próximas elecciones municipales y autonómicas, y otras muchas cosas que habrá que hacer. Pero yo suspendo mi juicio hasta ese momento, porque, por todos los datos que voy recibiendo, estoy convencido de que ésta no es la hipótesis más probable.

P. Anteriormente se ha referido a las elecciones municipales y autonómicas de 1987. Todos los que siguen la marcha de la coalición ven un peligro de fricción en su seno por un litigio entre candidatos del PDP y de AP.

R. Litigios los habrá siempre, y se resolverán correctamente, como es natural. Yo no veo ninguna razón, dada la proporción de fuerzas que hay en este momento en la coalición, para que éste sea un tema preocupante.

P. Si, como usted dice frecuentemente, el programa de Coalición Popular coincide en un 90% con el que predicaría la CEOE, ¿a qué achaca las críticas de Cuevas a todos los programas en general?

R. Igual dijeron también los prelados, que no había ningún programa perfecto, pero que había unos más aproximados que otros a una visión cristiana de la vida. Cada uno busca tener su sector más representado. Me parece evidente que ningún programa se parece más a esas ideas que el nuestro.

"El día que yo diga 'media vuelta' será en serio"

Pregunta. Usted amenazó en una ocasión con retirarse del Parlamento. ¿Volvería a hacerlo en caso necesario?Respuesta. Ésa es una amenaza importante, que en un caso, en el de la televisión, estuvo muy próxima a realizarse. Por supuesto, jugaremos muy pocas veces con esta amenaza, y, por supuesto, para cumplirla o para obtener un resultado. No es un arma para todos los días. En ese caso produjo efecto.

P. ¿No puede eso llevar a la sensación de que la oposición desdeña el juego convencional parlamentario para salirse por la tangente?

R. No. Somos capaces de hacerlo solamente cuando realmente se pone en peligro el juego parlamentario mismo por usos o abusos monopolísticos discriminatorios del Gobierno, y eso ha ocurrido con la televisión. En torno a un tema de ésos puede ser perfectamente lícito. Y también le digo: si nosotros nos retiramos un día de las instituciones no será para volver fácilmente. Y eso el Gobierno lo sabe. El día que yo diga: "señores, media vuelta", en ese momento será en serio.

P. Pero ¿eso es un juego lícito en democracia?

R. Sin duda. Todo lo que se hace dentro de la Constitución es lícito.

P. Los socialistas les acusan de que van a beneficiar a los evasores de impuestos.

R. Eso es una estupidez que dijo el señor Maravall, y él lo sabe. El señor Maravall sí que está metido en plena demagogia.

P. Puede que esta pregunta le parezca una tontería, pero ¿cree usted de verdad que España mejorará en todos los sentidos el día en que gobiernen ustedes?

R. No es que esa pregunta me parezca una tontería, me parece una ofensa. Porque, si no lo creyera, no estaría haciendo lo que estoy haciendo; sería llamarme tonto o mal intencionado. Si no lo creyera, no estaría llevando esta vida de perro.

P. Me refiero a que tal vez en muchos campos no quede otro remedio que hacer lo que están haciendo los socialistas.

R. Eso lo niego terminantemente. Me parece una de las más graves falacias de estos señores, que no cumplieron su programa y ahora dicen: "como nos hemos equivocado, no hay nadie que pueda hacer otra cosa". Yo eso lo desmiento terminantemente y lo considero el más grave detalle de arrogancia de los socialistas. Muy pronto se verá que se equivocan.

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