Tiro libre

Los primeros 36 partidos han dejado en un muy, segundo plano una de las suertes clásicas del fútbol: el tiro libre directo. Cabía esperar que de tina convención de los mejores jugadores del mundo surgiera el suficiente número de especialistas en el lanzamiento de tiros libres como para que, a se hubieran visto algunos espléndidos goles llegados a través de esta vía.La leve pérdida de aire del balón es la causa de que éste tome peor los. efectos y ello disminuye las posibilidades de gol en los tiros libres. En las faltas directas, el equipo defensor coloca una barrera de hombres, a 9,15 metros del balón, distancia mínima permitida por el reglamento. La barrera cubre un sector de la portería, el correspondiente al palo más próximo al punto desde el que se saca la falta. El portero cubre el otro palo, el más lejano. El tirador tiene así dos opciones: disparar con fuerza hacia el palo del portero para superarle por la simple potencia del lanzamiento o elevar un tiro con efecto sobre la barrera hacia la escuadra más lejana del meta.

Cuando la falta se produce en la zona izquierda del ataque, lo ideal es que tire un diestro porque, al perfilarse para tomar carrerilla y atacar el balón, el portero no podrá adivinar hacia qué palo va a disparar. Si en esa po0sición va a tirar un zurdo, la forma de perfilarse delatará inevitablemente que va a lanzar por encima de la barrera, ya que el disparo duro contra el portero le obligaría a rectificar de forma brusca y antinatural la postura del cuerpo. Lo mismo ocurriría si un diestro quisiera lanzar desde la posición de interior derecho.

El francés Platini y el brasileño Zico son dos espléndidos especialistas en el tiro libre. Zico apenas ha jugado. Platini lanzó muy bien un par de ellos contra, la URSS, pero no tuvo suerte; uno dio en un palo y el otro se escapó fuera por poco. Platini es capaz, de lanzar con las idos opciones: fuerte al palo del portero y suave y colocado a la escuadra contraria; e incluso marcar con cualquiera de los dos pies. Esto último es algo que se permitió hacer, en un lujo increíble, Marcial, cuando jugaba en el Atlético de Madrid, en un partido contra su anterior equipo, el Barcelona, en el Camp Noti; en. un. mismo encuentro marcó de dos tiros libres, uno con cada pie, colocando en ambos el balón por encima de la barrera a la escuadra más alejada del portero.