Cayetano Re
El que fue jugador del Elche, el Barça y el Español dirige a Paraguay
ENVIADO ESPECIAL"¿Usted cree que trabajando en el fútbol paraguayo se pueden alcanzar grandes metas internacionales sin ser disciplinado?". Emilio Arce, masajista del equipo paraguayo desde hace 15 años, está profundamente dolido con cuantos atacan y critican a Cayetano Re, su entrenador -allí le llaman director técnico de la selección-, por ser una persona seria, disciplinada, trabajadora, exigente.... Y es que para un fútkiol como el paraguayo, semiprofesional, semiaficionado, ser exigente, serio y disciplinado parece un defecto más que una cualidad.
"Lo que sucede es que los periodistas están de uñas con Re porque les impide hacer lo que han estado haciendo todos estos años: influir para que determinados jugadores formen parte de la selección". Arce, que ha tenido serios enfrentamientos, "pero siempre profesionales", con Re, asegura que el día que obtuvieron la clasificación -27 de noviembre de 1985: 2-2 en Santiago contra Chile- para la fase final del Mundial 86 lloró en su hombro y le agradeció que, por vez primera en su vida, le llevara a una Copa del Mundo.Re es, sin duda, una de las personas más criticadas de este Mundial. Los medios de comunicación de su país arremeten contra él. Sin embargo, la labor que el ex jugador del Elche, el Barcelona, el Español y el Tarrasa está realizando al frente de la selección de Paraguay pasará a la historia del fútbol paraguayo, pues llevaba 28 años sin jugar una Copa del Mundo y está a las puertas, por vez primera en su historia, de superar la primera fase del campeonato, ya que tanto en Uruguay 30 como en Brasil 50 y Suecia 58 -en este último Re intervino como jugador- fue eliminada en la primera ronda. "Es un hombre caprichoso, cerrado, que no admite el diálogo, que se aferra a sus ideas", comentaba un periodista paraguayo en el estadio Azteca.
La trayectoria de Re ha sido de una firmeza envidiable. Nacido en Asunción en 1938, fue jugador del Cerro Porteño, uno de los clubes más populares de Paraguay, donde estuvo actuando hasta el Mundial de 1958. De Suecia viajó a España y se enroló en las filas del Elche, en una época en la que desembarcaron allí varios jugadores paraguayos, como Achúcarro, Romero y Amarilla. Llegar y meter goles fue todo uno. El pequeño Re, con sus piernas robustas como columnas, su habilidad para filtrarse entre los defensas y su poderoso remate de cabeza, se convirtió en uno de los reyes del gol en España. Tanto, que fichó por el Barcelona, luego por el Español -Cayetano fue uno de los pocos que jugaron en las dos partes de la Diagonal- y más tarde por el Tarrasa. Re se convirtió en técnico a los 34 años y, tras algunas aventuras, fue a parar al Guaraní, al que convirtió en campeón en 1984. De él, a su amado Cerro Porteño.
Su experiencia en Europa le ha convertido en un ser riguroso no sólo con los demás, sino consigo mismo. Esa característica, trasladada al fútbol paraguayo, en el que el capricho, la indisciplina y el intento de divertirse Jugando forman parte de la idiosincrasia de todos cuantos rodean a este deporte, debía producir serios enfrentamientos no sólo con los dirigentes, sino también con los jugadores, que debieron comprender, tal vez de modo brusco, que la única forma de triunfar era el trabajo y el sacrificio. La profesionalidad de Re es tan manifiesta que tres días después de ser destituido como seleccionador al perdeir un partido amistoso frente a Colombia (0-3) era llamado al despacho del presidente de la Liga, que volvía a ofrecerle un nuevo contrato. "Me quedo", le dijo, .pero Fulanito, Menganito y Zutanito deben dejar ahora mismo la directiva de la Liga", le vin o a exigir al presidente, Jesús Manuel Pallarés. Se quedó y consiguió la clasificación eliminando a Bolivia, Colombia y Chile.
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