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Reportaje:LOS ACCESOS A MADRID / 1

El cuarto carril, única solución a la congestión en hora punta de la carretera de La Coruña

58.500 vehículos se dirigen diariamente por esta vía a cientos de urbanizaciones

A principios de los años cincuenta la carretera de La Coruña se convirtió, con la de Barajas, en la primera que comenzó a desdoblarse en su primer tramo. La decisión sorprendió a muchos madrileños, pues si el argumento para la de Barajas era el aeropuerto, en el caso de la de La Coruña únicamente parecía pesar la existencia de chalés y paradores en la llamada cuesta de las perdices.La carretera siguió ampliándose a medida que lo hacían los núcleos de población aledaños. Hacia 1964 ya había dos carriles por sentido hasta Las Rozas, y cuatro años después ya había tres carriles desde esta localidad a la capital. Los esfuerzos del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo en los últimos años se volcaron en la mejora del puerto de El León, que, excepto en invierno, es utilizado cada vez más como vía alternativa a la autopista al haberse mejorado el firme y haberse creado carriles lentos.

Puntos de atmeción

Porque la parte de Segovia, situada al otro lado del puerto, junto a la de El Escorial, Navacerrada y Cotos, ha sido siempre uno de los principales puntos de atracción de los que se han dado en llamar domingueros, aunque hoy las salidas se produzcan principalmente los sábados por la tarde, los domingos por la mañana y los viernes por la tarde, por este orden.

La vuelta, sin embargo, se realiza, en su mayor parte, los domingos por la tarde -día en que se puede llegar a contabilizar cerca de 100.000 vehículos-, lo que crea auténticos problemas en la carretera a partir de Collado Villalba, al desembocar en la vía parte del tráfico procedente de la sierra, el que viene de El Escorial y el que sale de la autopista. La congestión se repite, aunque más cerca de Madrid, los lunes entre las siete de la mañana y las 8.30, al coincidir los que acuden a Madrid a diario desde las poblaciones cercanas con los que se incorporan a su trabajo tras un largo fin de semana pasado en una segunda vivienda.

El crecimiento a lo largo del eje de la carretera, con la proliferación de colonias de chalés adosados y el aumento de las poblaciones situadas al noroeste de la capital, han hecho que en los últimos 15 años la población a la que sirve esta carretera se haya duplicado. Una población que se ve así obligada a utilizar la carretera de La Coruña como única vía de acceso, pues sólo a los que proceden de Cercedilla, Navacerrada, Becerril de la Sierra o Cerceda les merece la pena utilizar como alternativa la carretera de Colmenar.

No queda, por tanto, más que mejorar la infraestructura de la vía principal o buscar otras soluciones. El Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo tiene previsto dotar de un carril lento a las cuestas de Parquelagos y Torrelodones para salvar el problema que producen en estos puntos los camiones pesados, pero estas actuaciones no evitarán, sin embargo, que continúen los problemas de congestión en horas punta. Se impone así la utilización de nuevas medidas, y entre ellas destaca el cuarto carril.

La habilitación de un carril de la calzada contraria en la salida o entrada a Madrid -cuarto carril- comenzó en esta carretera hace siete años y hasta ahora se venía realizando mediante la colocación de conos.

A partir de este verano entrará en funcionamiento un sofisticado mecanismo en cuya instalación ha trabajado la Dirección General de Tráfico con el fin de conseguir un carril auxiliar a cualquiera de las calzadas entre Madrid y la desviación a Hoyo de Manzanares.

Pórticos y farolas

Para ello se han instalado pórticos con señalización de fibra óptica cada 400 metros a lo largo de 29 kilómetros. En ellos se indicará mediante aspas y flechas si el carril de la izquierda situado en la calzada contraria está abierto o cerrado.

Al comienzo del carril se le indicará al conductor hasta dónde está abierto, pues se han comunicado las dos calzadas de la vía en Torrelodones, Las Rozas, Puerta de Hierro y Cristo Rey. Cada dos pórticos, la señalización incluirá otras observaciones, como deslizamiento, lluvia o niebla.

Los pórticos indicarán la velocidad máxima a la que se podrá circular en cada carril, cifra que será fijada por los sensores situados en la calzada y cuyos datos son enviados desde la estación situada al pie de cada pórtico hasta el ordenador central de la Dirección General de Tráfico (DGT). Será precisamente desde la sala de control de esta dirección general -en la que también se reciben las imágenes de seis cámaras de televisión instaladas en esa zona de la carretera- desde donde, independientemente del día o la hora, se dará la orden de abrir el carril auxiliar.

La instalación de los pórticos ha obligado a mejorar también la iluminación de la carretera con 300 nuevas farolas situadas cada 30 metros, pues se considera fundamental que los pórticos estén bien iluminados. Por último, se están reforzando las barreras de seguridad y se están colocando postes SOS, así como unas señales circulares en el pavimento de color blanco y rojo. Éstas se encenderán cuando se abra el carril auxiliar, con el fin de apoyar las señales de los pórticos e indicar visualmente a los conductores que en ese carril ha pasado a circularse en sentido contrario.

La aplicación de microprocesadores parece ser, por tanto, la solución para paliar los problemas en horas punta. Aunque algunos de los automovilistas piensen, a la vista de tantos avances, que la vía sigue siendo la carretera de los señoritos.

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