Waldheim insiste en su inocencia ante Ias presidenciales de hoy en Austria

"Waldheim está libre de toda culpa". Un portavoz del Partido Popular (OEVP), que apoya la candidatura a la presidencia de la República de Austria del ex secretario general de las Naciones Unidas, disculpaba así ayer al diplomático Kurt Waldheim por su retraso en llegar a su última intervención pública antes de las elecciones de hoy. Waldheim no se disculpó por nada. Como ha venido diciendo durante la campaña, participó en la II Guerra Mundial como centenares de miles de austriacos, cumpliendo con su deber.El último acto electoral de Waldheim tuvo lugar en el parque de atracciones del Prater, donde se rodaron en la posguerra algunas de las escenas más célebres de la película El tercer hombre. En el barrio de Leopoldstadt vivían antes de la guerra decenas de miles de judíos.

Algunos centenares de habitantes de este barrio obrero, algunos tocados con gorros tiroleses, recibieron al que ya es, según todos los sondeos, vencedor de la segunda ronda de las elecciones presidenciales austriacas, con gritos de bravo y coreando su nombre. Sonriente, se dirigió al estrado entre los sones de la canción New York, New York, himno de su campaña, en alusión a sus años como secretario general de las Naciones Unidas.

Waldheim dijo que hay que volver a los años de "la decencia, el pundonor y el trabajo que hicieron posible la reconstrucción de Austria tras 1945".

Tras 16 años de poder socialista en Austria, el malestar por los favoritismos de la Administración hacia los miembros de los partidos han beneficiado a este candidato que se presenta como independiente. Este malestar explica en parte que incluso entre el electorado joven una mayoría parece haber decidido votar a Waldheim y no al candidato Steyrer, miembro del partido socialista.

Cinco millones doscientos mil austriacos están convocados hoy a las urnas para decidir entre estos dos candidatos que obtuvieron los mejores resultados en la primera ronda, celebrada el 4 de mayo.

A las siete de la tarde cerrarán los últimos colegios electorales, y media hora después se sabrá si los austriacos han confirmado su confianza en Waldheim pese a los fuertes ataques de que ha sido objeto por tergiversar su pasado.