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CASTILLA Y LEÓN

Vecinos de Sanchonuño se solidarizan con los agresores de una familia gitana

Un grupo de más de 100 vecinos de la localidad segoviana de Sanchonuño, que tiene 747 habitantes, se concentró pacíficamente al mediodía de ayer en la plaza del pueblo mientras miembros del servicio de investigación de la Guardia Civil tomaban declaraciones a varias personas en relación con los sucesos ocurridos en la madrugada del martes, cuando con un tractor se demolió una vivienda en la que habitaba una familia gitana. Varios vecinos habían estimado que uno de los miembros de esta familia, la niña M. E. E., de 11 años, empujó a otra niña del pueblo, Beatriz Nevado, de cuatro años, a una charca, en la que ésta falleció ahogada.Los concentrados, según testimonios de algunos de ellos, han querido de esta forma apoyar a los autores de la demolición de la vivienda y dicen que se trata de una causa común de todo el pueblo que, por otra parte, deseaba desde hace tiempo que se marcharan los gitanos que residían allí. Alrededor de la una de la madrugada del martes (ver EL PAÍS de ayer), unos 100 vecinos, entre los que se encontraba el alcalde, José Luis Herrero Sanz, de la Coalición Popular, se presentaron ante la vivienda de los gitanos, en la que vivían 13 personas, para que se marcharan del pueblo, lo que éstos hicieron a las siete de la mañana. Luego, la vivienda, que había sido declarada en ruinas, fue derribada con un tractor.

La Compañía Telefónica está iniciando los trámités para presentar una denuncia ya que, en el transcurso de los hechos, se cortaron los cables de la cabina de teléfono público, motivo por el que los gitanos no pudieron denunciar los incidentes hasta las 8.30 horas en el cuartel de la Guardia Civil de Campo de Cuéllar, localidad cercana a Sanchonuño.

Fuentes de la familia de la niña fallecida han indicado que la hermana de ésta, Elena, de seis años, que también se encontraba jugando cerca de la charca cuando ocurrieron los hechos, sostiene en las declaraciones recogidas en el sumario que ambas hermanas fueron empujadas por la niña gitana. Dichos familiares agregan que las dos niñas se encontraban jugando junto a la laguna -de 1,20 metros de profundidad- y que M. E. E invitó a que jugaran con ella, a lo que aquéllas se negaron; a continuación, agregan, las empujó y cayeron las dos a la charca. Elena consiguió salir e intentó rescatar a su hermana, pero al no conseguirlo fue a buscar a su madre y a su abuela que se encontraban en una tierra de labor próxima. Algunos vecinos han insistido en que no se produjeron agresiones a los gitanos y que sólo se les invitó a que abandonaran el pueblo.

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