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Juicio por el incidente, entre el padre de Barrionuevo y cuatro empleados del 'metro'

Amelia Castilla

Las dos denuncias sobre un altercado en el metro en el que participaron el padre del ministro del Interior, José Barrionuevo Barrionuevo, de 76 años, y cuatro empleados de la compañía, quedaron ayer vistas para sentencia, en el Juzgado de Distrito número 8.El incidente se produjo el 29 de enero de 1985, cuando Barrionuevo fue retenido por dos vigilantes jurados del metro después de que discutiera con una taquillera que le impidió acceder al andén con un pase de 1957, valedero para una semana. Tras la discusión, Barrionuevo denunció por agresión a dos vigilantes jurados, la taquillera y la jefa de estación. Los empleados del metro denunciaron a su vez al padre del ministro en la comisaría de Chamberí, donde, según declaró en la vista judicial uno de los trabajadores, un comisario trató de convencerles para que iniciasen tales trámites.

María Luisa Cerro, la taquillera, aseguró ayer en la reconstrucción de los hechos: "Cuando le dije que el pase había caducado y que debía entregármelo para presentarlo ante la compañía, él se puso a insultamos. Nos llamó fachas y etarras y nos amenazó con mandarnos a la calle a todos porque iba a hablar con su hijo". La taquillera explicó también que todos los empleados del metro fueron amables con él, "no porque fuera el padre del ministro, sino porque era un señor mayor".

En un momento de la sesión, Manuel Murillo Carrasco, letrado de Barrionuevo, que compareció con un poder judicial en representación del citado, que no acudió al juicio, le preguntó a la taquilleras pertenecía a CC OO. La empleada respondió que no, antes de que le diera tiempo a la juez a informar a la declarante que no tenía que responder a esa pregunta.

Carmen Montalvillo, jefa de estación, aseguró que Barrionuevo le dijo que le dejara marchar, porque se había caído en las escaleras de su casa y le dolía la rodilla. "Cuando llegó la policía, Barrionuevo dijo que le habíamos pegado".

El defensor de Barrionuevo manifestó que su defendido "iba a sacar 100 pesetas de la cartera para pagar el billete cuando la taquillera le quitó el pase, que él guardaba por su valor sentimental".

El fiscal pidió la absolución de todos los implicados y solicitó la condena para Barrionuevo por estafa frustrada y el pago de un multa de 7.500 pesetas por malos tratos y amenazas.

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