Viaje a Granada

Hace dos días contaba Vázquez Montalbán la odisea que sufrió en un vuelo de regreso a Barcelona desde una ciudad andaluza. Le ofrez-Viene de la página anterior

co otra bonita historia, en la que perdí algo más que tiempo. Como en una buena estructura dramática, todo se desarrolló en tres actos:

1. El día 23 de mayo tuve la desgracia de tener que realizar un viaje de Madrid a Granada, por Aviaco (la desgracia, por supuesto, no es ir a Granada, sino ir por Aviaco). Al llegar por la mañana comprobé que mi equipaje había sido facturado para el vuelo de la tarde; esto no merecería, por habitual, ni una línea. Pero ahora llega el nudo.

2. En la hoja de reclamaciones señalé que mi equipaje contenía una cantidad de dinero (lo sé, lo sé; esta imprudencia es injustificable). Un amable funcionario me indicó que recoger este dato generaba un riesgo suplementario. Pues bien, cuando lo recibí el riesgo se había consumado. Quiero creer que a lo mejor llevaba exceso de peso.

3. Y llevamos al desenlace. Cuando pretendía regresar a Madrid -a recuperarme con un psiquiatra argentino- se nos hizo saber que "por falta de material" volveríamos... ¡por Barcelona! Realmente, a mí ya me daba igual; pero me molestó porque ya conozco Barcelona. Me hubiera gustado volver por el Machu Picchu.

Como se puede ver, sólo faltó que se cayera el avión. Lo peor de esta historia es que el único competente es quien aligeró mi equipaje. Pero mi carta no es de reclamación -a lo que sé no tengo derecho (como no lo tienen esas mujeres que salen arregladas y se quejan cuando las violan). Quiero sólo ofrecer algunos consejos y varias frases alegóricas. Los consejos: 1) No lleve nada de valor. 2) No lleve nada. 3) Lleve el equipaje encima. 4) Vuele dentro del equipaje. 5) No use vuelos domésticos. 6) No vuele con Aviaco. 7) No vuele con nadie. 8) No viaje. Las frases: 1) "Vuele seguro. El peligro está en tierra" (le roban lo que le pierden). 2) "No reclame, que es peor". 3) "Si quiere ver mundo, use vuelos, domésticos".

Para terminar, si Vázquez Montalbán se ofrecía para cargarse a quien hiciera falta, quiero que sepa que cuenta conmigo incondicionalmente.- L. Uría Iglesías