Malos tiempos para Paolo Rossi

Paolo Rossi puede estar recordando en estos momentos escenas que ya ha vivido y leyendo críticas despiadadas que le resultan conocidas. Para él es como si la historia, se estuviese repitiendo. Hace cuatro años llegó al Mundial de España cuestionado por el escándalo del totonero, que le apartó del fútbol durante dos. años. Nadie creía entonces en la condición física de un hombre que había sido inhabilitado dos temporadas. Entonces, como hoy, Rossi sólo tenía la confianza de un hombre, el seleccionador Enzo Bearzot.En México la historia parece calcada a la de España. Rossi ha dejado de ser el ídolo adorado y alabado para convertirse en el centro de las críticas más duras de la Prensa de su país.

El cañonero, el último goleador de un Mundial, de 29 años, que ganó fama mundial con el nombre de Pablito, parece haber perdido ese toque mágico que convierte a un jugador normal en estrella. Contrariamente a muchas opiniones, Erizo Bearzot, seleccionador italiano, se lo ha traído a México, aunque aquí podría sufrir el acoso de jóvenes como Giuseppe Galderisi o Aldo Serena. Curiosamente, Galderisi acaba de fichar por el Milán. La operación ha sido muy sencilla: el Milán ha cambiado al Verona a Rossi y 2,5 millones de dólares por Galdensi.

Hay quien confía en la ciencia de Bearzot para cambiar a Pablito. La gente había de una magia especial del seleccionador italiano, que transforma a los jugadores. "La experiencia de Rossi puede ser muy importante para los más jóvenes del equipo", cuenta Bearzot. Rossi no se cansa de decir: "Estoy seguro de jugar en el equipo titular, vengo con la moral alta para ayudar a mi país a mantener el título".

El goleador repite incesantemente, tal vez como justificacion a una posible ausencia del titular azzurri: "Afortunadamente, todos tenemos que demostrar cualidades para estar en el equipo de Italia, y digo afortunadamente porque esto nos hace trabajar sin desmayo para que Enzo se fije en nosotros, y ese esfuerzo eleva el nivel competitivo de nuestro equipo".

Rossi, cuya carrera ha estado plagada de lesiones y dos años de descalificación, al verse involucrado en el famoso escándalo de las quinielas, obtuvo sus mayores éxitos en 1977, cuando, con el Lanerossi Vicenza, consiguió 24 goles en 30 partidos jugados. Durante aquella temporada fue seleccionado para viajar a Argentina, donde jugó su primer Mundial. Más tarde fue traspasado a la Juventus, por más de 400 millones de pesetas, con la que ganó el pasado año la Copa de Europa. Su última campaña en el Milán ha sido muy desafortunada y ha terminado en otro equipo.