Una cruz de hierro

Dicen que realizar westems marca a quien los hace con una especie de indefinible, pero reconocible, estilo. Si es así, y parece que lo es, un cineasta muy marcado por su obra debió ser Sam Peckinpah, pues fue uno de los; grandes autores de westerns del cine norteamericano de los años sesenta: Duelo en la alta sierra, Mayor Dundee, Grupo salvaje y otros.Cuando Peckinpah se iba con su sabiduría westerniana a otros argumentos, como es el caso de Perros de paja o La cruz de hierro, después de muchos recovecos acababa haciendo una película del Oeste con, en vez de vaqueros o pistoleros, burgueses británicos encoleriza dos o feroces soldados nazis.

La cruz de hierro es un violento alegato de Peckinpah contra la violencia. Ésa es su marca de fábrica y aquí la sigue al pie de la letra. El filme es bueno, pero nada agradable La guerra no es para su autor un suceso confortable y a los degustadores de batallas Peckinpah les pone en bandeja la condición de estercolero de su gusto. Como siempre en el cine de este director, una especie de redención al revés de la violencia es encarnada en los profesionales de ella. El lugar del pistolero, del que ha hecho profesión de portador de muerte, lo ocupa un soldado profesional, admirablemente interpretado por James Coburn. Es el antihéroe característico de Peckinpah.

La cruz de hierro se emite hoy, a las 21.15, por TVE-1.