El Gobierno de Lisboa interviene en la huelga de los jugadores portugueses por el importe de las primas
NICOLE GUARDIOLA, Las diferencias existentes entre los jugadores de la selección portuguesa de fútbol, que se encuentra en México para disputar la fase final del Mundial, y directivos de la federación nacional han adquirido proporciones de "asunto de Estado", con una intervención del presidente de la República, Mario Soares, y del Gobierno de Lisboa para tratar de resolver el conflicto. Los jugadores se declararon el pasado domingo en huelga y se niegan a seguir el programa establecido por la federación para la fase de entrenamiento, que se realiza en Saltillos. El problema está en que los seleccionados desean que se les eleve el importe de las primas que recibirán.
Los futbolistas afirman que sus motivaciones no son exclusivamente económicas y que hay otros problemas" por resolver, pero la opinión pública portuguesa registra apenas sólo un hecho: que los miembros de la selección nacional amenazan con no prepararse de la mejor manera para defender los colores de la camiseta si la federación no eleva el importe de las primas que recibirán durante la celebración del campeonato mundial.La Prensa portuguesa habla de "escándalo" sin precedentes, y algunos comentarios denuncian la falta de dignidad profesional de los futbolistas y el "mercenarismo" en que ha caído el deporte más popular del país.
La Federación Portuguesa de Fútbol defiende su posición afirmando que cada jugador tuvo conocimiento previo de todas las condiciones del contrato, que las aceptó cuando la selección viajó a México, y que la presentación de nuevas exigencias a pocos días del inicio del campeonato equivale a una actitud de extorsión, para no decir "terrorismo".
Los dirigentes consideran que si los jugadores mantienen su actitud, Portugal deberá renunciar a participar y mandar regresar "todo el mundo a Lisboa".
Despedidos de Lisboa como verdaderos héroes nacionales por el jefe del Estado y del Gobierno, los infantes, nombre dado a los jugadores de la selección, han conseguido movilizar, de la peor manera, a la afición lusa, que sigue con gran expectación el desarrollo de la huelga.
Un humorista proponía una solución drástica: dar a los jugadores "todo o nada". Si la selección gana el Mundial, recibiría 100 millones, pero todos los otros premios por partido quedarían anulados.
Según informa Efe, los jugadores exigen la presencia en Saltillo del presidente de la federación, Silva Resende, como único interlocutor válido. Éste llegó en la noche del lunes a México para participar en reuniones de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), de la que es directivo, y no podrá estar en Saltillo hasta el sábado, por lo que los portugueses pueden llegar a su primer partido del Mundial, contra Inglaterra, sin haber jugado ningún encuentro serio de entrenamiento.
Exigencias
Las reivindicaciones de los jugadores seleccionados cuentan únicamente con el respaldo de un incipiente sindicato profesional de futbolistas y, además de exigir una subida de las primas, también quieren dietas más elevadas y el establecimiento de un porcentaje concreto sobre los ingresos publicitarios obtenidos a su costa.
El desglose de las primas que la federación está dispuesta a pagar a sus jugadores es el siguiente: 300.000 escudos (280.000 pesetas) por cada uno de los tres partidos de la primera fase, independientemente de los resultados que consigan, y un millón de escudos (924.000 pesetas) por partido de la segunda fase. El máximo premio a percibir, acordado para el caso de que los portugueses ganaran la final del Campeonato del Mundo, sería de 8,5 millones de escudos (7.930.000 pesetas). Por lo que respecta a las dietas, los jugadores reciben diariamente 4.000,escudos (3.800 pesetas) durante su estancia en Saltillo.
El problema suscitado por los jugadores en sus reivindicaciones salariales ha llegado hasta Mario Soares, presidente de la República, que ha enviado un mensaje. Entre otras cosas decía: "Está en causa el prestillo de Portugal y la digna representación de nuestro país en una de las máximas manifestaciones deportivas a nivel mundial".
El Spórting de Lisboa, que aporta cinco jugadores a la selección, ha divulgado un comunicado en el que les recordaba, tras apelar al honor nacional, que antes de seleccionados eran miembros de la plantilla del club y sujetos a su disciplina.
La primera protesta seria de los jugadores fue el domingo, cuando se negaron a participar en un encuentro de entrenamiento contra el Universitario de Nuevo León.
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